Capítulo 12.

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La clase de música estuvo genial.

El profesor Darris sabe cómo dar una clase para que resulte entretenida, así que la clase de música se me pasó volando.

Cuando sonó el timbre, Abby y yo salimos del aula entre risas por el chiste final del profesor, y miré mi horario por 5 vez en el día.

Me tocaba gimnasia.

- ¿Qué te toca ahora, K.?- Abby solía llamar a las personas por su inicial, y yo no era la excepción.

- Gimnasia.

A Abby se le iluminó la cara.

- ¡Genial! Que suerte hemos tenido... ¡A mí también!- Abby tenía una sonrisa enorme en la cara.

Pues si. Nuestros horarios están genial. Vamos juntas en casi todo.

- Y a de más en esta clase también vamos con mi mejor amigo.- dijo a la vez que enganchaba mi brazo con el suyo.- Te va a caer genial.

- Entonces perfecto, ¿no?- le pregunte con una sonrisa.

- Perfecto.- me contestó ella igual.

Gimnasia me gustaba, pero a veces da mucha pereza cambiarse, hacer todo...

Un momento.

Paré de golpe, haciendo que Abby también se parara, ya que íbamos cogidas del brazo.

- Que tonta soy, Abs. No tengo nada para hacer gimnasia, como era mi primer día no pensaba traerme ropa de deporte ni nada y...

- Tranquila chica, yo te dejo. Siempre llevo una de sobra.- me cortó Abby guiñándome un ojo. Volvimos a andar por el pasillo.- Y tampoco te preocupes tanto, siempre podrías ponerte el chandal del instituto.

- ¿Tenemos chandal?- no lo sabía.

- Si, pero es opcional.- dijo encogiéndose de hombros.

- Y... ¿cómo es?

- Bueno, no está mal la verdad. Es un pantalón gris corto, muy corto- dijo recalcando el "muy" haciéndome reír.- y una camiseta blanca pegada con dos franjas, una naranja y otra gris, los colores del instituto.

- Puede que me lo compre.

- Todo el mundo lo tiene, pero las chicas se suelen poner el chandal libre.

- ¿Por qué?

- Las chicas dicen que es porque es feo.- dijo y luego se acercó un poco a mi oído, como si fuera a contarme un secreto.- Pero yo sé que así pueden enseñar más carne a los chicos.- dijo picara.

Solté una carcajada. Me encanta esta chica.

Ella también sonrío.

- Tú cara es muy expresiva, Abs. ¿Alguna vez te lo han dicho?

Ella sonrió aún más.

- Unas cuantas veces.

Solté otra carcajada justo en el momento que llegábamos a nuestras taquillas. Yo me apoyé en la pared de enfrente mientras ella abría la suya.

Si, nuestras taquillas están a 1 metro de distancia.

Ella sacó de la taquilla una bolsa de deporte y luego la volvió a cerrar.

- ¿Te cabe todo en esa bolsa?- dije mirándola impresionada.

La bolsa no era ni pequeña ni grande, suficiente para llevar un chandal y poco más, por eso me impresionó que también tuviera ahí la ropa que me iba a dejar.

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