El Reino al Fin del Mundo

I - PRÓLOGO - LA HISTORIA DE UN VIEJO DRUIDA

Una noche estrellada iluminaba las tierras del Reino de Sinidra. Hace tiempo que el buen clima acompañaba a la zona del pueblo de Litanis, los cultivos estaban por madurar, se auguraban varias lunas antes de que llegara la nieve y arruinara la temporada. Los jóvenes del pueblo, como de costumbre, se dedicaban cada noche a colocar Luciérnagas de Fuego en los artilugios de los postes que adornaban todo el pueblo, los niños reunían ramas secas para el gran fogón central que todas las noches se encendía para que todo el pueblo disfrutara de un momento social.

El anciano del Pueblo se acercó al fogón, apoyado en su bastón de madera, avanzaba lentamente, todos quedaron en silencio; como de costumbre, solo se levantaba de sus aposentos cuando al quedarse dormido, la fogata de su casa se apagaba. Solía pedirle al Regidor del pueblo, que fuera a encenderle la fogata mientras él contaba una de sus historias a los niños reunidos al rededor del fuego.

El andar del anciano dio paso a un silencio absoluto, todos lo respetaban, aunque en la práctica fuera más una carga que una ayuda, no habían perdido la costumbre de respetar a sus mayores, aceptar sus enseñanzas y relatos que ellos solían entregar. Al sentarse junto al fogón, carraspeó fuerte, se acomodó los harapos que traía por ropas, se peinó la larga y grisasea barba, luego mirando al fuego directamente casi sin parpadear, comenzó a contar su historia, sin que nadie se lo pidiera, empezó a contar su propia historia. La historia de un viejo Druida olvidado para el mundo.

"Yo nací en el Corazón del Bosque Eterno, en las raíces de los Robles y por mi sangre aún corre la sangre de los Druidas. Se que ya no quedan Robles en Cineón, pero sus raíces deben estar durmiendo, esperando que un Hijo de la Tierra, como nos llamaban los de la Tribu del viento hace más de 300 años, los despierte con un simple hechizo de invocación. Litanis, este pueblo no existía, de hecho, muchas localidades de ahora, eran solo llanuras interminables, vírgenes y puras como el mismísimo cielo de esta noche.

Según las leyendas de nuestra raza, toda esta tierra fue creada por los Espíritus Superiores, quienes danzando entre ellos, iban moldeando las montañas, los valles, llanuras, pantanos, tundras y océanos. Crearon las criaturas, no me sé los detalles pero fueron esparcidas por toda la tierra hasta sus mas recónditos lugares. Crearon a los Humanos, los Elfos, los Lizandros, los Enanos, los Saprolines, los Druidas y un sin fin más de razas que no conozco y espero no conocer jamás.

Todos tenían habilidades diferentes, los enanos podían cavan túneles subterráneos por días sin cansarse, los elfos no envejecían y sus sentidos de visión y audición son superiores, los saprolines pueden respirar bajo el agua y así muchos más con talentos únicos; de seguro pensaron que nos complementaríamos, pero no fue así, siempre vivimos separados, años de adaptación en estas tierras solo con los de nuestra raza. Cada uno creó su propia cultura y veneraba a sus propios Dioses Espíritus, si es que los tenían, creo que algunas razas jamás lo consideraron; pero los Druidas teníamos a un Espíritu Guardián, creador de la naturaleza y protector del bosque, al igual que los Elfos, teníamos rituales de veneración, costumbres ya olvidadas hasta por el viento.

Los druidas, desde siempre, hemos sido grandes adeptos en las artes mágicas, la brujería y en el entendimiento de la naturaleza, es decir, conocíamos las hierbas curativas y las malditas, sabíamos como curar enfermedades y como romper maldiciones, sellar espíritus malignos entre otras cosas, nos dedicábamos a aprender ya que no encontramos necesidad en la posesión, esa forma de vida que tienen los humanos y los enanos, nunca nos faltó comida, porque teníamos el favor del guardián, pero siempre fuimos egoístas con nuestro conocimiento, veíamos como las plagas azotaban otras zonas de la tierra y no hacíamos nada para impedirlo, el Bosque Eterno era nuestra fortaleza y nunca tuvimos la necesidad de salir más allá. ¿Sabían que ese bosque nunca ha sido tocado por la nieve? está ubicado en lugar del mundo donde el invierno nunca llega.