Rivals Are The Type Of...

↓Pedido 4↓

  Una ráfaga de viento paso entre los Cerezos del Akademi High School. Hace algunas semanas, tres para ser exactas, encontraron él cuerpo de Kokona Haruka en las piscinas del gimnasio. Y eso, no hizo mas que alarmar a todos los estudiantes y profesores. Todavía existen teorías y rumores, de que fue suicidio o que la asesinaron los ayudantes de Yakuza, aunque no esta del todo comprobado esa ultima teoría porque no se sabe quien es él o ella. Todo Japón hizo revuelo por ese acontecimiento, y dentro de unas horas seria su funeral, en un cementerio cercano a la casa de sus padres.

-Es terrible lo que le paso a Kokona, ¿Verdad, Ayano?

-Algo.

-¿Te pasa algo, querida? -Te molesto Info-Chan, con su típica sonrisa socarrona- Vas a dar la impresión de que mataste a alguien.

-Cierra la boca, Info-Chan -Murmuraste molesta- Te voy a matar a ti también si no aprendes a cerrar la boca. ¡Sus padres están delante nuestro!

-Shh, no eleves la voz. Él esta aquí, no querrás que te escuche.

-¿Él? ¿Quién es él? -Hiciste una mueca- ¿Yakuza?

-Exactamente, parece que él era un...amigo cercano a nuestra amada Kokona.

-Diablos -Murmuraste- Esto no esta bien. Tenemos que irnos.

-Como gustes, pero él esta mirándote ahora.

  Levantaste tu mirada del pasto y notaste la mirada de un Peli-negro sobre ti. Un leve sonrojo subió por tus mejillas, y escuchaste a los padres de Kokona hablarte.

-¿Qué? Lo siento...Estaba algo, distraída.

-Que si eras amiga de Kokona -Murmuro su madre.

-Algo así, no eramos muy cercanas pero solíamos hablar -Mentiste. Sonreiste tristemente y una lágrima salio por tu mejilla- Lo siento, tengo que irme.

  Te levantaste y tomaste a Info-Chan de la mano. Ella solo te siguió hasta él coche, donde tus padres te están esperando.

-¿Ya te cansaste de tanto sufrimiento, Ayano?

-Todo eso fue una idiotez, en su mayoría fueron compañeros que ni la conocen -Hablaste a tu madre- No me arrepiento de nada.

-Y no deberías.

  Sonreiste a tu madre. Pero en lo que quedo del camino a tu casa no dejaste de pensar en él, en Yakuza y en porque diantres te estaba mirando.
  Te memorizaste cada parte de su rostro. Sus ojos rojos, con una mirada penetrante. Su altura, que al menos te saca dos cabezas. Su tez pálida, su cabello negro y los tatuajes en sus brazos, que por alguna razón, se te hicieron atractivos. Y como si fuera poco, él aire a tabaco que lo rodeaba por él humo de su cigarrillo.

-Su madre debe estar orgullosa de tener tal espécimen como hijo.