Broken

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"Nuestro lado oscuro se ve tal qual nosotros mismos lo vemos"

Las palabras de Dc Jekill se habían quedado grabdas en la mente de la alcaldesa. Ahora, una parte de ella, una parte horrible y monstruosa, andaba suelta. Era todo aquello que ella siempre había odiado de si misma; su crueldad, su frialdad, su soledad, su rostro, su mirada... Todo en ella era como mirarse en un espejo roto.

A veces nuestras pesadillas cobran tonos reales, se nos hace imposible cerrar los ojos y despertar. En ocasiones cobran apariencia humana, y para Regina Mills, ésa era su propia apariencia.

Solo tenía en mente una cosa: acabar con ella antes de que la Reina acabara con todo.

Advirtió a todos de que no la escucharan, de lo manipuladora y convincente que podía llegar a ser. Y advirtió a Emma. Emma Swan era posiblemente el mayor peligro de todos. No podía permitir que la Reina Malvada llegara hasta ella y la envenenara con sus palabras. Era la Salvadora, era la única esperanza que tenía la gente de salir adelante. Debía mantenerla al margen.

-¿Mamá?- La voz de su hijo la hizo aterrizar en el mundo real.

-¿Si?-

-Déjame ayudaros a encontrarla.-

-Ni hablar.- Se levantó del sofá y cogió su bolso. -Tú te quedarás con Emma, en casa, a salvo.-

-Puedo ayudar. Ella no me haría daño.-

-Henry...- Le cogió de los hombros. -Es malvada.-

-Pero también fue mi madre.- Argumentó. -Tal vez yo pueda hacerla entrar en razón. Tal vez me escuche...-

-He dicho que no.- Negó contundente. -Eres lo más preciado que tengo en el mundo, jamás te pondría en peligro de ese modo... Lo entiendes, ¿verdad?- El chico asintió débilmente. -Bien... Te quedarás con Emma.-

El timbre sonó en ese instante, justo cuando la morena se disponía a abrazar a su hijo con todas sus fuerzas, sabiendo que cada vez que lo hacía podía ser la última, y no pudo hacerlo. Abrió la puerta, todavía con la mirada gacha, e hizo pasar a la sheriff.

-Regina... ¿Estás bien?- Preguntó la rubia y la mujer asintió. -Zelena está lanzando el hechizo de protección. Ella se quedará con Henry.-

-¿Qué?- Levantó la mirada extrañda.

-Yo voy con vosotros.-

-De eso nada, tú...-

-Tal vez yo pueda ayudar.- La intertumpió. -Eres mi amiga, estamos juntas en esto.-

La alcaldesa no pudo procesarlo. Trató de entenderlo, pero no podía. Emma no le debía nada, no estaban juntas en esto, no estaban juntas en nada. Salvo en Henry. Por eso tenía que quedarse con él.

-¿Vamos?-

-No puedes venir.-

-¿Por qué no?- Se extrañó.

-Tienes cosas más importantes de las que preocuparte ahora mismo.- Aseguró. -¿Qué hay de tus visiones? Todavía no he podido elaborar una poción para ver qué...-

-Exacto. Eso era cosa mía, y tú te estás volcando en ello.- Argumentó. -No me quedaré de brazos cruzados mientras tú sola te encargas de ambos problemas.-

No pudo rebatirle eso. La lógica era aplastante. Pero de verdad que necesitaba que Emma se mantuviera al margen de todo. No quería que viera esa versión de ella que...bueno, que hasta ella misma odiaba con tanta fuerza... Solo quería acabar con el problema por su cuenta, sin poner a nadie en peligro. Pero la sheriff era una mujer cabezota, de modo que de nada le serviría discutir con ella. Dejaron a Henry con Zelena y se dirigieron al bosque, donde habían quedado con David y Mary Margaret. También estaban allí Archie y su perro Pongo, y Ruby, y algunos enanitos también.

-Está bien, todos los que no poseais magia, volveos a vuestras casas.- Pidió la alcaldesa.

-¿Qué?- Saltó Mary Margaret. -Hemos venido a ayudar.-

-Lo sé, y os lo agradezco, pero no tenéis ni idea de a qué os enfrentais.- Aseguró. -Yo luché contra ella cada día de mi vida, y perdí...-

-Con todo respeto, su majestad...- Leroy intervino. -Nos hemos enfrentado a ella durante años, y aquí estamos.-

-No es lo mismo.- Se cruzó de brazos. -¿Creéis que será fácil vencerla? No puede morir...-

Una vez lo dijo en voz alta, deseó no haberlo hecho. Bajó la mirada, empezó a sentirse agobiada. Solo quería desaparecer, porque este era su problema. Era culpa suya. Todos sabían qué había que hacer para acabar con la Reina, pero fingian no hacerlo. Fingian que iban a poder solucionarlo porque no tenían agallas de enfrentarse a la realidad: Regina tenía que morir para detener a la Reina Malvada. Y ella sintió que tenía que decirlo en voz alta para que todos pudiesen dejar de fingir.

-Regina...- La sheriff intentó acercarse a ella, pero la morena dio media vuelta y se fue bosque adentro.

Emma no sabía muy bien cómo reaccionar. No tenía claro si Regina quería que fuese tras ella o simplemente estar sola. La alcaldesa era una mujer de alto temperamento, algo así como una bomba. No te enseñan a manejar bombas por ser la sheriff. Pero sí que sabía cómo tratar con gente que huye de la ayuda.

Fue tras ella hacia el bosque. No tardó mucho en alcanzarla.

-¿Qué haces aquí, Swan?- Sorbió disimuladamente la morena.

-¿Por qué te has ido?- Caminó a su lado. -Todo eso que has dicho...-

-Es la verdad...- Intentó ocultar el temblor de su voz. -Soy la única que puede hacerle daño...-

-¿Sacrificandote?- Se paró frente a la alcaldesa, obligándola a detenerse. -Sabes que encontraremos otro modo, lo sabes... Solo necesitamos un poco de tiempo...-

-No hay otro modo, Emma...- Agachó la mirada. -Puede que ellos tengan fe ciega, y esperanza, y polvo de hadas...pero yo no... Y tú también lo sabes, en el fondo sabes que éste es el único modo de...-

-Y un cuerno, Regina.-

-Por favor, deja de fingir que todo va a salir bien.-

-No pienso rendirme. No sé que piensas hacer tú, pero yo no voy a darte por perdida. Nunca.- Pareció estar regañandola. -Y me da igual que lo llames fe ciega o como te de la gana, yo lo llamo no rendirse. No permitiré que Henry se quede sin su madre, ¿me entiendes?-

Regina trató de ocultar la mirada, porque al mencionar a Henry no pudo evitar que se le encharcaran los ojos, y no quería que Emma la viera así. Se llevó la mano al brazo y frunció el ceño.

-De modo que puedes tirar la toalla, Regina Mills, pero si tengo que cargar contigo hasta la cima de la montaña, lo haré, y sabes que lo haré.- Aseguró. -Puedes ayudarme a encontrar la forma de acabar con la Reina, o puedo hacerlo por mi cuenta. Pero no pienso dejar que te sacrifiques, ¿estamos?-

Regina separó los labios y trató de formular una respuesta, pero al mirar a la sheriff a los ojos, las palabras se atascaron en su garganta, no pudo hacerlo.

-Estáis aquí...- Aparecieron David y Mary Margaret.

-Les hemos dicho que vuelvan a sus casas.- Explicó la mujer. -Si vamos nosotros cuatro, ¿está bien?-

La alcaldesa miró a la rubia y luego a los padres de ésta. No podía volver a huir de ellos, al fin y al cabo eran la única familia que le quedaba. Y tenía que protegerlos no dejándolos solos en el bosque.

-De acuerdo...- Cedió finalmente. -Hay que ir a las minas, está todo preparado.-









Éste será corto, solo 4 capítulos 😉😘

What a ShameWhere stories live. Discover now