Inevitable Seducción

Capítulo II desconocidos.

Que aburrimiento hay en la tierra, no he encontrado nada interesante así que decido ir a un bar que siempre está abierto y tomar algunos tragos y quizás acostarme con alguna prostituta.

Estoy en la calle lima y para llegar al bar más rápido tengo que pasar un callejon, el sol está bajando y eso es bueno para mí. Hoy probablemente no llegue a casa y quizás necesite llamar a Luke. Iba caminando por el callejón de lo más relajado posible estaba enviándole un mensaje de texto a mi mejor amigo.

Llegué al final del callejón y estaba a punto de cruzar la calle pero algo me detuvo. Mis ojos se abrieron como platos y mí respiración se agito, decidí parpadear varias veces para confirmar lo que estaba viendo.

Ella simplemente es hermosa, no sabía que existían humanas tan bellas. Ella voltea y me observa sorprendida entre abre sus labios gruesos y rosados, sus mejillas perfectamente coloreadas y esos hermosos ojos esmeralda que se clavaron en los míos.

Su cabello castaño largo cubría completamente su espalda y unos mechones cubrían su pecho. Su piel es blanca como la nieve y a la vista se ve tersa.
Ella simplemente es... indescriptible. Mis ojos no pueden dejar de verla. La examinó de pies a cabeza, una y otra vez, y no me importa si ella se percata de mi descaro.

Aunque ella sonríe pícaramente y coloca un mechón de cabello detrás de su oreja, suavemente mordisquea su labio inferior... oh cuánto desearía ser yo el que lo este haciendo, ese gesto me calienta un poco.

Ella notó que la observaba mucho pero no parecía incomodarle, estaba inmóvil y ella me devolvía la mirada y sus labios dibujaban una sonrisa hipnótica.
Con la seguridad de todo Don Juan encontré valor y cruce la calle, pero frene de golpe al darme cuenta que ella no estaba sola. Un niño la acompañaba ¿Será su hijo?.

El niño se va y ella lo sigue, necesito saber más de ella así que la persigo de lejos. La noche ya está comenzando a caer y ella observa el cielo y parpadea varias veces.
Toma al niño de la mano y caminan más rápido, ¿será que noto mi presencia?. No lo creo,  he sido cuidadoso.

Entran en una pequeña casa en la calle Well, es una casa vieja y me acerco lentamente a una ventana abierta. Hay otra mujer que abraza fuertemente al niño pero ella solo esta sentada en una cama, al parecer la única.
Es un hogar muy humilde pero muy limpió. Ya es de noche y la observó mucho y no puedo dejar de verla.
Es como si una fuerza mayor me obligará a estar ahí.

De repente suena mi teléfono, sacándome de mi trance. Es luke
-Dime.
-¿Dónde estás? Ya es tarde.
-Ya voy en camino.
Cuelgo y al ver por la ventana, ella ya no está.

Me voy pero al menos ya se dónde vive. Al llegar Luke me hace miles de preguntas pero no puedo escucharlas porque no dejo de pensar en ella.
Luke me chasquea sus dedos frente a mi, devolviendome a la realidad.
-¿Paso algo?.
-Nada.
Luke me conoce demasiado bien y sabe que algo esta pasando.
-Ya me voy, gracias por invitarme a cenar.
Luke y su novia no dijeron nada, me acompañaron a la puerta y me despedí de ellos.

Camino a casa, no podía sacarmela de la cabeza. Esos ojos verdes son... perfectos. Estoy impactado porque no había conocido una humana tan bella.
Dejo el auto frente a mi apartamento. Quizás mañana ya deje de pensar en ella.

Luke no para con sus preguntas y yo estoy en silencio.
-¿Por que no quieres hablar de eso?.
-Es que no paso algo.
No quería decirle a Luke la verdad porque haría más preguntas, comentarios inapropiados.
Y yo solo quiero alejarla de mis pensamientos. Llega Óscar con su hermana y al parecer ella esta entrenando también.

Me acercaré a ella, quizás al acostarme con ella deje de pensar en la humana misteriosa.
-Hola que tal.
-Bien y tu.
-no nos habíamos presentado antes, mi nombre es Alexander Ross pero todos me dicen Alex.
Ella sonríe frenéticamente y me extiende su mano.
-Ya lo sabía, mi nombre es Mabel Said.
Bese el dorso de su mano y la acaricie, lentamente examinó su cuerpo con mi mirada. Definitivamente ese encuentro será placentero.