—También te extrañé.—dije y recargué mi cabeza en su pecho.

.......

Desperté con una sonrisa y porque alguien me movía, era Damien.—¿Hemos llegado?—pregunté feliz.

—Sí, ya hemos llegado. ¿Estás bien?—me veía extrañado.

—Mejor que nunca.

Bajé de un salto del carruaje y caminé junto a Damien dentro del hotel, estaba feliz por aquel sueño, más no sabía su comentárselo, era una vida tan perfecta, que no sabía si se podía hacer realidad aquel hermoso sueño, Damien y yo habíamos formado una familia, eso era lo que yo anhelaba.

Entramos y Damien se dirigió a recepción mientras yo esperaba por él para ir a descansar a nuestro cuarto, estaba algo entumecida al igual que él, imagino.

—Vamos.—me dijo y agarró mi mano para llevarme a las escaleras e ir a nuestro cuarto.

En cuanto llegamos, nos dispusimos a dormir.

.....

17 de octubre de 1815

—Vamos.—me dijo Damien con una sonrisa y subí feliz al carruaje, faltaban unas horas para llegar al puerto e irnos a Inglaterra.

Me senté y él frente a mí, ambos estábamos ansiosos por llegar.

Él leía un libro y yo miraba por la ventana, había vuelto a soñar lo mismo, a nosotros y nuestros hijos, pero jamás mencioné o él sus nombres, tenía curiosidad de cómo se llamarían nuestros hijos, así que discretamente le pregunté.

—Damien.

—¿Sí?

—¿Qué nombres son tus favoritos?

—¿A qué te refieres?—dejó su libro a un lado y me miró interrogante.

—Pues, cuáles nombres te gustan. A mí me gusta Rebecca en una niña y en un niño... mmm... James... sí, me gustan.

Él entrecerró sus ojos y me miró un rato para después decir:—Me gusta Elijah, así se llamaba mi padre.—dice lo último en voz baja.— Stephen, Reese... Nicholas...

—¿Y de niña?

—Me agrada Rebecca, Aurore, Emmaline...

Sonreí.—Me gusta Aurore.

Él me miró un rato más y después asintió simplemente y volvió a su lectura.

Me senté a su lado y sin previo aviso, acerqué su cara a la mía y lo besé.

Sonreí después y volví a mi asiento, mientras él me miraba asombrado, iba a decir algo, pero en eso un fuerte golpe se siente a un costado del carruaje, era de noche, así que no se podía ver mucho.

—¡Señor Becher! ¡Estamos siendo atacados!—gritó el cochero.

Mi pulso se aceleró y me puse en una esquina alejada de donde se sintió el golpe.

Damien gritó algo al cochero, que no supe qué fue, debido al susto, pero sentí como me jaló hacia él y me dijo algo a lo que asentí, pero no supe en realidad qué fue.

Otro golpe se sintió, ésta vez en la parte de arriba, como si alguien se hubiese subido al techo.

—No grites Camille.—me susurró Damien y besó mi frente.—Aquí estoy.

A pesar de lo asustada que me encontraba, no perdía la calma, quería mantenerme fuerte, aún mis gritos querían salir, me mantuve callada y quieta al lado de Damien.

Defender Mi Honor (D.M.H. 1)Where stories live. Discover now