Defender Mi Honor (D.M.H. 1)

Capítulo 15*

8 de Septiembre de 1815

"Siempre me he preguntado el porqué el sol y la luna están separados, ambos brillan, ambos nos gustan, pero ellos parece que no se gustan entre sí. Uno es fuego, y el otro es frío, uno es grande, y el otro es pequeño...¿Por qué son parecidos y a la vez no?"

—Camille.—llamaron del otro lado de la puerta.

Rápidamente despegué la vista de la ventana.—Pase.—dije acercándome más a la puerta.

Entró Danielle.—Enserio necesitan la lista de invitados del Señor Becher, dicen que se están atrasando por eso.

Sí es cierto, ¡la lista!—Diles que se la pediré.

—Bien, con permiso.—salió Danielle.

Fui por una hoja y una pluma para escribir una pequeña carta a Damien pidiéndole la lista. Me senté en el pequeño escritorio, con todo lo necesario para comenzar a escribir.

"Querido..." —hice bola la hoja y la dejé a un lado para agarrar otra.—"Damien..." —no me gustó, así que hice lo mismo que con la otra.

—¡¿Cómo empiezo?!—me pregunté a mí misma y empecé a pensar. Pero nada venía a mi mente.—Lo que sea.

Agarré nuevamente otra hoja y empecé.

"Señor Becher.

Le envío esta pequeña carta para informarle que el día de ayer olvidé pedirle la lista de sus invitados para la boda, por lo que ahora me la piden.

Le pido si me la puede mandar lo antes posible.

Camille Britt."

La observé, se veía bien, así que la metí en un sobre y toqué la campanilla, para que enviaran la carta.

Unos momentos después, escuché unos pequeños golpes en la puerta.—Adelante.

Hizo una reverencia la señora Hathaway.—Señorita Britt. ¿En qué la puedo ayudar?

—Quiero enviar esta carta al Señor Becher, a Wellington.—le estiré la carta.

Se acercó y la tomó.—Claro, yo le digo al cartero.

—Gracias.

—Con permiso.—dijo haciendo una reverencia y salió.

Volví a mi lugar, donde me senté y empecé a ver por la ventana nuevamente.

***

—Buenas tardes.—entré al comedor.

—Camille, te ha llegado una carta de Wellington.—me comunicó mi padre, al mismo tiempo que me tendía el sobre.

—Gracias.—lo agarré y me senté en mi lugar, quería abrirlo ya, pero no quería que nadie me pidiese leerla en voz alta.

—Camille, ¿irás al baile que organizó Grace?—preguntó Ian, sacándome de mis pensamientos.

Dejé a un lado los utensilios y vi que todos me miraban disimuladamente.—¿Baile?

—Sí, ella organizó uno para la próxima semana.

—Oh, claro.—No me invitó.—No lo sé.

—Ian, deja a tu hermana comer, ya después podrán hablar.

—Está bien.

Sonreí un poco y me dispuse a comer. Con una mano sostenía el tenedor mientras que con la otra debajo de la mesa, sostenía la carta que tenía mi nombre escrito.