Es-espera...— Levanté mi mirada hacia él.— ¿Cómo te llamas?

Murdoc Niccals.— Deje asomar mis afilados dientes con una gran sonrisa, lo iba a obligar a gritar mi nombre durante mucho tiempo.

Lo acosté en el escritorio para agarrar una mejor posición. Me apoye con las manos en la mesa para inclinarme y poder saborear de su cuerpo. Lamía su torso, dejando algunos besos por el camino, hasta que llegue a la orilla de sus pantalones. Desabroché su cinturón para después quitarle sus pantalones por completo, dejándolo solo con bóxers.

Me apresuré en quitarme los míos y dejar descubierto mi miembro.

Cariño, quiero que te relajes.— Creo que al decirle eso se tenso más de lo que estaba antes. Me levanté del escritorio para agarrar de sus caderas, parecía una mujer con ese cuerpo, se le podía notar hasta una pequeña cintura.

— ¿Qu-qué?— Sin previo aviso metí mi miembro en él. Pude haberlo preparado pero bah, ¿quién me va importar?— ¡AAAAAAHH! ¡ESTÚPIDO!

Se sentía muy bien estar dentro de él, estaba más estrecho que una mujer, ¿por qué no me dijeron que un hombre era mejor? Él seguía encajando sus uñas en mis brazos, lo que ayudo a que entrara fue el pre-semen.

Duele...—Seguía quejándose, era obvio que le dolía, no es normal que te metan cosas por el culo. Me acerqué a él para besarlo y que se olvidara un poco del dolor. No correspondió, la otra opción era masturbarlo y si funcionó. Comenzó a gemir despacio, pero se mordía el labio y no se escuchaba bien.

Me empecé a mover lento, realmente quería disfrutar de esta noche. Podía escuchar como esos gritos de dolor se convertían en gemidos y en movimientos placenteros en mi miembro. Buscaba más placer en mi, y no me iba a negar a dárselo.

— Dios...— Enredo sus piernas en mis caderas, haciendo que sintiera más placer. Podría pasar toda mi vida allá adentro.

Comencé a dar estacadas lentas pero a la vez profundas, cada vez que lo hacía salía un gemido de su boca. Sentí como se movía debajo mío, quería más de mi. Subí una de sus piernas en mi hombro, para poder encontrar su punto. Me agaché para besarlo, era bastante tierno verlo con sus cabellos azules pegados en su frente causado por el sudor.

— Niccals... Por favor.— No pude resistirme y aumenté mi velocidad, dejándome escuchar el sonido de mis caderas chocando en sus glúteos. Sus gemidos no se comparaban con el de cualquier mujer, eran realmente hermosos.

Daba una y otra vez con la misma velocidad en ese punto, haciéndolo delirar con cada movimiento que hacía en él. Pero llego un punto en el que me cansé, yo estaba haciendo todo el trabajo, ahora me tocaba a mi disfrutar.

— Mgh...— Cuando salí de él me miro con enojo, era obvio que quería más de mí, ¿quién no se resiste ante Murdoc Niccals?

Me fui a sentar en la silla de escritorio que estaba atrás mío, él se quedo parado enfrente mío. Parecía un puto ángel.

— Ven, siéntate.— Obedeció a lo que dije, sacó sus piernas por la parte de donde recargas los brazos y puso sus largos brazos alrededor de mi cuello. El chico se comenzó a mover, frotando su trasero encima de mi miembro, cada vez me sorprendía.

Lo miré a los ojos, podía ver el deseo y la lujuria que tenía. Nos unimos en un beso, amaba morder sus suaves labios y escuchar como gemía en los míos. Bajé los besos por el cuello, él no se negó, los dos lo estábamos disfrutando. Deje dos marcas en su lindo cuello, se veían bien.

— Entra ya por favor...— Me susurró en el oído, lo dijo de una manera provocadora. Cada vez la gente exigía más. Levanté con mis manos su trasero, él me ayudo a posicionar mi miembro en el, podía sentir como jugaba, lo movía de un lado a otro en su trasero. Me fascinaba que tuviera los dedos largos.

— ¿Qué dijiste bebé?— Un poco de juego no afecta a nada, más que a él, creo.

— Que entres ya.— Seguido de esto lo bajé lentamente, joder, seguía igual de estrecho. Él mordió mi hombro, de seguro dejó marca. Lo tomé de la cintura y comencé a subirlo y bajarlo en mi miembro. Después él tomó el control de sus movimientos, comenzó a saltar como si vida se tratase de ello. Se sentía muy bien, a veces no estaba mal que la otra persona tuviera el control. De vez en cuando se restregaba en mi, a la vez que gemía en mi oído.—Murdoc dame más.

— Mgh claro.— Él seguía saltando en mí, hasta que tomé el control. A veces lo agarraba de las caderas y subía mi pelvis para profundizar los movimientos. Daba una y otra vez en el mismo lugar.

— Mudz ya no puedo...— ¿Por qué no lo conocí desde antes? Era realmente hermoso... y estrecho.

— Ahh callate.— Lo comencé a besar, detuve mis movimientos de caderas, cosa que hizo que se molestara, pero esto no fue impedimento para él, ya que siguió él con sus movimientos. Paseaba mi lengua por su cavidad bucal, él trataba de luchar con la mía, estábamos haciendo un juego increíble.

Empecé a sentir ese cosquilleo típico en el vientre, avisando que ya faltaba poco por terminar. Me apresure y lo tomé de sus caderas, encajando mis uñas en ellas, para después embestir con más fuerza y con mayor rapidez, él también ponía de su parte.

— ¡POR DIOS!— Sabía que también le quedaba poco por llegar a ese adorado momento, pues curveaba su espalda de vez en cuando, echando su cabeza para atrás. Lo empecé ayudar con la mano, tomando su miembro, moviendo mi mano de arriba y abajo, algunas veces lo apretaba, recibiendo como respuesta más gemidos por parte de él.

Sentí ese líquido en mi mano y mi vientre, no se espero el cabron. Aceleré mis movimientos, hasta que sentí como me vaciaba dentro de él. Era el mejor polvo que había tenido en mi puta vida. Tal vez lo contrataría o me pasaría del otro lado.

Recostó su cabeza en mi hombro, podía sentir su respiración en mi pecho. Me levanté con él, cargándolo como si fuera un koala, y me dirigí hacia la recamará que estaba a un lado de mi despacho.

Lo recosté encima de ella para después taparlo. Yo me acosté a lado de él, dandole la espalda, hasta que sentí sus manos como rodeaban mi cintura. Me dio ternura, así que me voltee a verlo, era un jodido ángel y comencé a jugar con sus cabellos. Finalmente los dos caímos rendidos ante el señor sueño.

F I N

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Espero que les haya gustado.
<33

Socios [2doc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora