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Narra Russel:

- ¿Ya la tienen?
- No es fácil conseguirlas a estas horas, sabes?
- Ya sabes como es él, ¿a qué hora la tendrás?
- No lo sé, tal vez a las 11.
- ¿11? Se va a desesperar.
- 10:30, última oferta.
- Te esperamos.

Solo a ese maldito loco se le ocurría llamarme en la noche para satisfacer sus necesidades, bueno, no me podía quejar, me pagaba 1 mil dólares por cada chica, pero en la noche era difícil de encontrar como a él le gustaban: altas con piernas delgadas, cara de "yo no rompí nada", buen trasero y con cintura, vírgenes de preferencia.
Ya había estado 1 hora rondando en la feria y no encontraba a nadie, todas iban con su pareja o con su familia y amigos. El tiempo se me estaba acabando, eran las 9:45.
Me dirigí hacia un área que estaba un poco sola, se encontraban las típica parejas que venían aquí para fajar o los tristes hombres que batearon con sus flores y osos de peluche. Ví a alguien bastante interesante pero algo me interrumpió, me estaban llamando.

- ¿Ya?
- No, sé paciente.
- Se acaba el tiempo.
- Espera.
- ¿Qué?
- ¿Le gustan los hombres?
- ¿Cómo?
- Lo que escuchaste.
- No lo sé, siempre se ha acostado con mujeres, pero le preguntaré.
- Me regresas la llamada.- Corte la llamada.

Observé a un chico, era alto de tez blanca, ¿cabello azul? No lograba distinguir el color por las luces de los juegos, cara tierna y de santo. Era perfecto, el único inconveniente es que es hombre. Se veía que estaba triste, al parecer lo habían mandado a la zona de amigos. Tenía un ramo de flores y un globo en forma de corazón que decía "¿Quieres ser mi novia?" Solo tenía que esperar la llamada para saber que hacer.

- No le importa, con que traigas a alguien aquí es feliz.
- Ok, nos vemos allá en 20 minutos.

Ya me había vuelto un experto en esto, solo te tenías que poner en la situación de la otra persona y ganarte su confianza. Ya tenía todo listo, me acerqué a aquel hombre que se encontraba sentado en el piso y a un lado las flores.

-  Hey, ¿a ti también te batearon?.- Me senté a un lado suyo, él se asustó un poco, no esperaba que le hablara.
- Ahh si... ¿Y a ti?
- Sí, hace unos minutos, pero ya me acostumbré.
- Lo siento... ¿Cómo se llama?- Demonios, no sabía que decir, invente cualquier nombre.
- Eh Rachel... ¿La tuya?
- Paula...
- Ya pasara, encontrarás a alguien que te quiera de verdad.
- No... Ella era perfecta, la traté como si fuera una princesa.- Saqué de mi bolsillo una caja de cigarros y le ofrecí uno.
- ¿Quieres?- Él acepto, le presté mi encendedor.
- Gracias.
- Ya sabes como son, parece que le gustan los patanes.- Le di una calada a mi cigarrillo, ya se estaba tardando un poco.
- Por cierto... ¿Cuál es tu nombre?
- Russel, ¿tú?
- Stuart.
- Sabes, creo que debemos de celebrar.
- ¿Celebrar?
- Sí, celebrar. Estamos solteros y podemos hacer lo que queramos.- Espero que esto funcione, si no tomaré otras medidas. Revisé mi reloj, eran las 10:03.
- Tienes razón, ¿conoces algún lugar cerca de aquí?
- Ah si, queda a unos 15 minutos, no está lejos y hay chicas muy hermosas.- El plan era llevarlo hasta la oficina de Murdoc y después que hiciera lo que quisiera con él, aunque siempre me siento mal después de entregárselos porque siempre me terminan cayendo bien.
- Ah claro, vamos.

Nos fuimos caminando, durante todo el trayecto nos la pasamos hablando sobre nuestras vidas, me contaba que era familiar del dueño de la feria y como había conocido a Paula. Llegamos a aquel lugar, ese edificio tan alto. Noté que tenía miedo, creo que piensa que lo voy a secuestrar.

- Llegamos.
- P-pero este no es ningún bar.
- Pero si tu destino.- Después lo golpee, no con tanta fuerza ya que era de complexión delgada, lo tuve que cargar.

La recepcionista ya me conocía y sabía cual era mi trabajo, así que no tuve ningún problema por eso.- ¿Sigue aquí Murdoc?
- Sí, te esta esper... ¿Un chico?- Hasta ella se había sorprendido.
- No encontraba a nadie y me dijo que no había problema.
- Ya veo, apúrate que se va a enojar. Ya son las 10:25
- Gracias.- Me metí rápidamente al ascensor con Stuart. La oficina de Murdoc se encontraba en el piso 13. Tardamos unos minutos más.

Salimos del ascensor y caminé por los pasillos buscando el número 69. Ahí estaba, toqué la puerta y salió Noodle, la secretaría de él, me caía bien, éramos como hermanos, pues nos conocíamos desde hace 5 años.
- Por poco y no llegas.- Me sonrió y me dejo pasar.
- Pero aquí estoy, ¿dónde lo dejo?
- ¡Oh! Russ ya llegaste.- Salió un Murdoc detrás de la otra puerta que conducía a su oficina.- Muy buena elección, ¿dónde lo conseguiste?
- Lo conocí en la feria, ten cuidado es familiar del dueño.
- Tranquilo, lo trataré como una princesa.- Al parecer estaba borracho o algo le había pasado que estaba tan feliz.- ¿En cuántos minutos despierta?
- 5 o 3 minutos, se llama Stuart, en serio, trátalo bien, le acaban de romper el corazón.- Me pase a la oficina de él y lo deje en el sillón largo que se encontraba enfrente de la ventana.
- Aww mi pequeño, yo le romperé el culo.- Se empezó a reír Noodle, ellos dos se encontraban en el marco de la puerta observándolo.
- Muy bien, ya cumplí. Mi pago viejo.
- Oh por supuesto, ten.- Me entrego un fajo de billetes que lo había sacado de su camisa.- Un gusto hacer tratos contigo. Bueno, ahora todos fuera, les doy el día libre de mañana.
- Nos vemos pasado mañana Mudz.
- Cualquier cosa me hablas.
- Sisi adiós.- Noodle y yo salimos de aquel lugar, fuimos a cenar a una pizzería que quedaba cerca...

Socios [2doc]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ