Solo es un castigo

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Las cosas iban mejorando poco a poco, gracias a Camila pude socializar con el resto incluso ya tenía dos amigos más, Hugo y Mario, el gordito de cabello ensortijado y el niñito de ojos claros respectivamente. Ya no éramos solo dos contra el mundo ahora 4 "puberts" se enfrentaban a la dura vida de la secundaria, que tan crédulos fuimos.

Bueno y si se preguntan qué pasó con el indeseable, pues siguió molestándome e incomodándome desde que llegaba hasta la hora de salida, la única manera de ponerlo en su lugar era golpeándolo aunque creo que no le dolía para nada y cómo se supone que le iba a doler si era dos veces más grande que yo, algo como David y Goliat así parecíamos cada vez que peleábamos. Ya les había dicho que este muchacho me daba mala espina? Si no lo hice se los vuelvo a repetir, había algo que no me agradaba de él.

Una tarde cualquiera

Camila vino a casa, no era algo novedoso a ese paso mi mamá ya le iba a dar un cuarto para que viva con nosotros, en serio pasaba mucho tiempo en mi casa.

Estábamos hablando de cosas del colegio quizás; en realidad no lo recuerdo, de qué supone que hablábamos a los 13, lo que si recuerdo es que trate de quitarle un granito que tenía en la punta de la nariz.

- Ay!! Lisa no... ya no quiero, déjalo ahí se saldrá solo – se cubría la nariz.

- Tranquila déjalo en mis manos, mañana este grano ya será parte de ti- guiñé el ojo.

- Auch!!! Lisa está sangrando, está sangrando – repetía una y otra vez

- Ya lo sé lo puedo ver, está bien que sea medio miope pero no exageres – le decía mientras presionaba con una gasita para evitar el sangrado

Después de la odisea para reventar el grano nos dirigimos a la cocina para ver si había algo para comer, lo único que encontramos fue un paquete de galletas a medio comer. Nos sentamos frente al televisor buscando algún en el cual pasaran música, pues aunque éramos un asco para el baile nos gustaba imaginarnos en una fiesta de gala siendo el centro de atención. Había más de 70 canales y ninguno con buena música, apagamos el Tv y nos recostamos en el piso; que estaba muy frio lo cual equilibraba a la tarde calurosa, empezamos a hablar de cómo estaríamos dentro de unos años, cuántos hijos tendríamos, con quién nos casaríamos y cosas por el estilo.

- Lisa, ya has dado tu primer beso?

- Nop y no creo que lo de pronto

- Ah no? Por qué dices eso?

- Pues primero no me gusta nadie y segundo no le gusto a nadie, así de simple – me senté apoyado mi espalda en al lado derecho de la cama

- Cómo que nadie?- también se sienta y se coloca delante de mí apoyando se en la pared – Debe haber alguien que te guste

- En serio no me gusta nadie, además a nuestra edad es una pérdida de tiempo tenemos cosas más importantes en las cuales centrarnos- lo decía con euforia

- Estas loca? Estamos en plena etapa de ilusionarnos con alguien enamorarnos experimentar cosas y si fallamos aprender de esos errores, aprovecha esta edad Lisa tienes 13

- Y qué si tengo 13, es algo que no me quita el sueño, experimentar dices, pues conozco chicas que por andar experimentando ya tienen hijos.

- Aishhh, es en serio? Y si te dijera que le gustas a alguien?

- Pues... no creo en el amor. El amor es similar a una burbuja bella y hermosa pero se desvanece con el tiempo.

La fuerza de lo inevitableWhere stories live. Discover now