Ask.

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Me preguntó,

¿Cómo llegue a todo esto?.

Por primera vez en mi vida, me encuentro llorando en el autobús, con mi mochila azul rey, encima de mis muslos, mi mirada agachada, observando el dobladillo de mi vestido blanco con estampado de plumas negras.
Mis piernas se estaban tornando de un cierto tono morado, acusa del aire acondicionado que, ha decir verdad, estaba realmente baja la temperatura. Paso una mano por mi desastroso cabellos castaño y cayó.

Una lágrima cayó en mi muslo derecho, quitando la rápidamente con mi mano derecha, aún no puedo creer que todo lo que había empezado bien, término del culo.

Otra lágrima cayó en mi muslo, haciendo que deje escapar un sollozo de mis labios.

La señora que se encontraba a mi lado me pregunto un:

-¿Todo está bien, cielo?

A lo que yo respondí con un simple susurro:

- Sí, no se preocupe.

Aquella señora solo se limitó a hacer un pequeña mueca y soltar un suspiro, saco un pedazo de papel higiénico de su bolso, para poder entregar me lo, agradecí tímidamente con una sonrisa y mentalmente, ya que si hablaba otra vez, me quebraría en ese preciso momento.

Realmente no sabía si hice bien o mal en irme, en dejar aquel par de enormes ojos cafés, rojos, rojos del llanto amargó y de tristeza.

La señora que estaba a mi lado, me tomo de la mano, no sabía en qué momento las lágrimas se habían apoderado de mis mejillas.

-Tranquila, cariño. Sea lo que sea que te haya pasado, todo tendrá solución. Recuerda que, después de la tempestad el sol brillará mucho mejor que antes.

Simplemente sonreí, si decía algo o lo trataba de hacer, no podría, me rompería en ese momento.

En ese momento, al igual que mi desastroso cabello rizado, yo también era un desastre. Un jodido desastre.

Cómo todo en mi vida.

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