Volví a notar mi mente despejada y algo distraída, como siempre.

- creo... Creo que Lyle quiere venir a darme un par de lecciones sobre los guardianes. Y, viene un chico rubio con él.- informé.

-Nestor, se habrá hartado de no salir del clan sombrío.- dijo- bueno, pues... Si están al llegar, les esperaremos en la frontera.

- está muy lejos- dije.

Ella cerró los ojos y una enorme ráfaga de aire vino por detrás mía. Yo me dí media vuelta y pude divisar a una criatura abriendo y cerrando sus alas, y, detrás suya, otro con el mismo aspecto, pero color violeta.

- Es Milenium.- informó- con él llegaremos antes y podremos ganar tiempo.

Yo ladeé la cabeza para facilitar mi visión ante lo que intentaba divisar con mejor detalle.

- ¿y el que le sigue?- pregunté.

Ella se puso el lateral de la mano sobre la frente, con el objetivo de poder observar detenidamente sin la molestia de la luz solar.

- es otro Extarida de la manada a la que pertenece Mile.- contestó.- se llama Ianth, supongo que vendrá para llevarte a tí.

- ¿no puedo utilizar a LENA para esto?

Ella rió.

- LENA es una fuerza invisible, y solo te puede mover por teletransportación.

- bien, que así sea.- dije yo, ingenua.

Ella suspiró con una sonrisa.

- tendrás que practicar mucho y estar muy concentrada para poder hacer eso. Y, prefiero no entrenar con guardianes sin Lyle.

Yo asentí, con media sonrisa.

- vale.

En menos de un minuto, las dos criaturas estaban frente a nosotras.
Yo me dirijí hacia el Extarida color violeta y coloqué mi mano izquierda sobre uno de los tres cuernos de hierro que tenía sobre su nariz.

- ¿Ianth, no?- pregunté.

*para lo que usted necesite*- contestó, apacible.

Yo sonreí, sin timidez, y arquendo mucho las comisuras de la boca.

- ¿me llevarías hasta allí?- dije señalando hacia la frontera que nos separaba del clan sombrío.

La criatura asintió.

Apoyé mis manos sobre su lomo, haciendo fuerza para subir; pero no lo logré sin el pequeño empujón que Vitality me dió sobre la planta de un pie.
Cuando estuve subida en el hermoso ser, este comenzó a elevarse del suelo, al igual que Milenium, a nuestro lado, que ascendía de manera más rápida.

Mientras volábamos por el cielo, recordé la promesa de LENA: "siempre estaré ahí aunque no lo creas ni lo veas".
Entonces, decidí comprobarlo.

- *¿LENA?*- pregunté mentalmente.

*aquí, a tu lado.*- respondió.

Yo cerré los ojos, y apoyé el resto de mi cuerpo sobre el lomo del Extarida, de manera que me quedara semi-tumbada.

En unos 10 minutos, ya nos encontrábamos a la espera de Lyle y Nestor.

- ¿Lorraine no desconfiará de su desaparición?- pregunté a Vitality.

Ella se encojió de hombros y me miró con un brillo desesperado en sus ojos color chocolate.

- esperemos que no.- dijo.

Yo miré a los lados.

-*muéstrame a Lorraine*- le pedí a mi guardiana.

«Nunca había visto el castillo del clan por dentro, hasta hoy.
La dueña de las tinieblas estaba en su cuarto, de paredes grises y el colchón de la cama, transparente como una gota de agua, sobre el que reposaban sábanas color rojo metálico.
Ella estaba sentada sobre el poyete que daba a la única ventana de la sala, de la que provenía la poca iluminación que había en el cuarto.
Estaba observando como sus discípulos arreglaban todo tipo de máquinas futuristas, con un millón de cámaras y utensilios avanzados.
Allí estaba acumulada un bulto enorme de gente con armaduras negras, y, como no, entre tantas personas, no estaban mis entrenadores. ¿sería eso lo que Lorraine miraba tan detenidamente? ¿quería tener a Lyle siempre dentro de su campo visual?
Esta vez, la chica no llevaba su armadura. Solo llevaba sus mayas de cuero negras e impolutas, y una camiseta negra de manga larga que se pegaba a su piel.

En ese momento, alguien abrió la puerta del cuarto, y la mujer giró la cabeza en la misma dirección.

- ni rastro.- dijo una chica desde la puerta, ya abierta.

La muchacha era bastante más joven que Lorraine. Tenía una melena larga, brillante y color cobrizo que le llegaba más abajo de la cintura. La enorme mata de pelo no estaba acumulada en ningún tipo de recogido, y era lisa hasta llegar a las puntas, que terminaban en unos graciosos y perfectos rizos.
Poseía unos puros ojos verdes, tan limpios que parecían unas simples lentillas, pero, no lo eran.
Su piel era incluso más blanca y correcta que la de su reina, entre la que resaltaban unos gruesos y rosados labios, sin apenas imperfecciones.

- ¿Nestor tampoco sabe donde está?- preguntó a la hermosa chica.

- él también está en búsqueda- contestó.

La mujer suspiró con frialdad, y desviando de nuevo los ojos hacia la ventana.

- Zynna, como mujer que eres, - dijo Lorraine levantándose de su lugar de reposo y caminando lentamente hacia la chica-  deberías ser poderosa, que cuando se te ordene algo... Lo cumplas sin dificultad. Hace un par de horas, te he pedido que encuentres a Lyle. ¿y qué me traes tú? La terrible noticia de que a desaparecido otro de mis súbditos.

La supuesta Zynna, agachó la cabeza, con la esperanza de no cruzarse con la azulada y fría mirada de su reina, pero, no tuvo más remedio que afrontar a esos dos pozos de almas que eran sus ojos.

- ¡vé!- dijo en un solo grito afónico.

La muchacha desapareció enseguida, con un par de lágrimas solitarias en su rostro de porcelana.

Lorraine volvió al poyete de la ventana, pero esta vez parando en la mesita de hierro para agarrar una navaja con la oja color azul.
Cuando estubo sentada, se puso a jugar con el objeto, pasándose el pequeño arma de mano a mano. »

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