V.II ENTRAN HAMLET Y HORACIO.
HAMLET
De eso nada más. En cuanto al resto, veamos.
¿Te acuerdas de todo mi relato?
HORACIO
¡Cómo no acordarme, señor!
HAMLET
Había en mi alma una especie de lucha
que me tenía despierto. Me sentí peor
que un amotinado en los grilletes.
En un rapto... Benditos los arrebatos:
admitamos que a veces el impulso
nos es más útil que el cálculo, lo que nos muestra
que hay una divinidad que modela nuestros fines,
cualquiera que haya sido nuestro esbozo.
HORACIO
Así es.
HAMLET
Salí del camarote y, envuelto
en mi tabardo marinero, anduve
a tientas en las sombras hasta hallarlos
les quité los documentos y volví
finalmente al camarote, permitiéndome
abrir el real comunicado, mis temores
venciendo mis modales. Horacio, en él leí
(¡ah, regia canallada!) la orden expresa,
guarnecida de razones muy variadas
sobre el bien de Dinamarca e Inglaterra,
con, ¡ah!, todos los duendes que me hacen peligroso,
de que, a su lectura y en el acto,
sin esperar a que afilasen el hacha,
me cortaran la cabeza.
HORACIO
¡No es posible!
HAMLET
Aquí está el comunicado. Léelo sin prisa.
¿Quieres saber cómo procedí?
HORACIO
Os lo ruego.
HAMLET V
Véndome atrapado por infames
(antes que le diera un resumen al cerebro,
él ya veía la acción), me senté, proyecté
una nueva orden, la escribí con buena letra.
Al igual que los políticos, yo antes
menospreciaba la caligrafía
y me esforcé en olvidarla, pero ahora
me ha prestado un fiel servicio.
¿Te digo el contenido de la orden?
HORACIO
Sí, Alteza.
HAMLET
Fue un ruego muy solemne de parte del rey:
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HAMLET
ClassicsHamlet, la obra más conocida de Shakespeare, es en realidad una pieza llena de lagunas e indefiniciones. Una obra enigmática y misteriosa, en la que cada personaje es un artista de la simulación. El propio Hamlet es un ser en continua transformació...