.Prólogo.

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Hemos sido amigos desde la niñez, nos contamos todo, desde sueños, aspiraciones, e incluso solo nos sentamos a contar cosas sin sentido; y aunque el siempre me lo contaba todo, yo escondía una que otra verdad, empezando por el hecho de que he estado enamorada de él toda mi vida, y yo no era lo suficientemente valiente para decirle y el lo suficientemente ideota para notarlo, aunque con el paso del tiempo del tiempo cada vez que volvía más evidente, ustedes saben, la típica sonrisa tonta cuando me hablaba, siempre pensar en el, acordarme de él cuando veo algo que le gusta, lo típico. Pero el ha roto mi corazón mil y una veces, de la peor forma posible, se podría considerar, el peor título del mundo, yo soy y posiblemente siempre seré "La mejor amiga", trágico ¿no?, y por más que lo pensaba, más difícil era para mi entender porque simplemente el sentimiento no desaparecía, no lo podía olvidar, no lo podía evitar, el siempre volvía, y ese era el principal problema, el siempre, siempre, siempre, volvía, justo cuando creí haberlo olvidado el vuelve, y no sabía si lo amaba por su ejemplar físico, sus hermosos ojos grises en los cuales siempre pensaba al tener insomnio, su perfecto cabello castaño, su perfecta sonrisa, o simplemente porque es la mejor persona que conozco, caballeroso, gracioso, inteligente, y siempre encontraba la manera de hacerme sentir mejor; así comprendes mejor porque todas las chicas se avientan a el. Y no es como si algún día fuera a hacer el intento de estar con el, ya que una amistad así de duradera cómo la nuestra no podría ser puesta en riesgo por algo tan burdo como el amor, el era mi mejor amigo y lo que le hiciera feliz también me hacía feliz a mi. Lo peor de todo es que ni siquiera recordaba cómo me había enamorado tan fácilmente de el, solo recuerdo tomar su mano, dándome cuenta de cuánto me iba a doler cuando tendría que dejarlo ir; esto causó que con cada nuevo amorío mi corazón se rompiera un poco, sin embargo, con cada ruptura se rompía aún más, el hecho de ver cómo alguien podía ser tan tonta como para abandonar a un chico tan perfecto me parecía algo absolutamente idiota; cada vez que él tocaba a mi puerta con aquellos ojos tan deslumbrantes llenos de lágrimas, y un rostro que mostraba una cantidad excesiva de dolor me mataba, el saber que siempre vendría en mi ayuda después de una ruptura amorosa, y yo siempre estaría allí para el. Este era un ciclo que se repetiría, solo yo, apoyándolo como amiga, y sólo así. Hasta que el día de mi gran final llegara, el día en el que el me diría que ha encontrado a la indicada, la persona que ha capturado su corazón de múltiples formas; la dueña de su alma, cuerpo y sobretodo, corazón. Ese día llegaría y no podría hacer nada para evitarlo, tendría que quedarme ahí, felicitarlo y desearle lo mejor con la mujer que ame. Y seguirá así, ya que prefiero tenerlo cerca, aunque no pueda tocarlo, a perder su amistad por simple egocentrismo.

✖️ Prometo no enamorarme ✖️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora