El misterio entre Alex y Murphy.

Capitulo 50: Pequeños pasos.

~ MURPHY ~

—¡Eh! Adams —gritó Jeremy y me di la vuelta.

Se suponia que Alex queria acompañarme a casa, quien sabe para que, pero no estoy de animos para discutir, así que simplemente acepté y aún lo estoy esperando fuera del colegio.

—Jeremy ¿Qué necesitas? —pregunté.

—A ti —golpee su hombro—. Era un chiste, mal humorada.

Rodé los ojos.

—¿Qué necesitas? —volví a repetir.

—Supe lo de tu y Alex —rió—. No sé si es verdad o es mentira, porque contigo no se sabe, así que vine a preguntarte.

—¿Si somos pareja? ¿Para qué?.

—¿No has notado ni un poco que me interesas no?.

Me sentia un objeto, pero de todas maneras negué con la cabeza.

—Siempre pensé que nuestro odio era algo mutuo —respondí.

—¿Y esa vez qué te invité a salir? ¿Qué pensaste qué era? —se quejó.

—Yo que sé, tal vez querias pedirme disculpas por molestarme siempre.

Jeremy ahora parecia irritado, pero se controlo cuando vino Alex.

—Perdón por hacerte esperar, es que el profesor de ciencias queria hablar conmigo —se disculpó y me abrazó.

—Me asfixias —me quejé haciendolo reir—. Tonto.

—Hola Jer —saludó Alex—. ¿Qué pasa?.

Cuando tomé la mano de Jeremy él simplemente asintió lentamente y luego sonrió.

—Buena suerte chicos —dijo finalemente—. Esto no indica que deje de molestarte en el trabajo, sigue siendo divertido.

¡Ja! Me iria al otro lado de la ciudad y él no sabia, eso era gracioso, comencé a reir y Alex me miró raro.

Él ni siquiera había dejado que le diga "la mala noticia" aunque tenia la seria sospecha de que tenia medianamente un indicio de que se trataba "la noticia" y por eso no me permitia decirsela.

—Alex... —comencé por decima vez.

—No —se quejó—. Aún no ¿Por qué no podemos caminar a tu casa cómo una pareja normal? Intento ser un buen novio acompañandote.

—Para mi serias un buen novio si tan solo pedimos una pizza, estamos en pijamada y miramos una pelicula —afirmé—. No me interesa que me acompañes a casa o no.

—Pero no quiero escucharma, no aún.

Me iba en una semana ¿Cuando iba a querer escucharla?.

—¿Y cuando vas a querer? —pregunté.

—No se... ¿Nunca? —bufó—. ¿Por qué esto no se queda así como está ahora?.

—Porque no puede —protesté.

Él se detuvo y yo hice lo mismo.

—Vamos Alex, no te enfades —pedí—. Está bien, hablaremos luego, pero debes prometerme que lo cumpliras ¿Bien?.

Él asintió.

Sabia que le iba a doler que me fuera, tal vez si no hubiera tardado tanto en averiguar que me gusta.

No queria una relación a larga distancia, son patéticas y estaba totalmente segura de que él tampoco queria una, por eso hacia esto, se negaba a escuchar la verdad.

Cuando llegamos a mi casa él se invito solo a pasar, y afortunadamente mi mamá no estaba, debió haber ido s trabajar.

Britt me gritó que estaba en su cuarto, y yo me quedé con Alex en la sala comiendo galletitas en el sofá mientras veiamos televisión.

—Alex —lo llamé y él me miró.

Practicamente yo estaba tirada arriba suyo como una morza y el simplemente me abrazaba sin quejarse.

—¿Qué haremos mañana? —pregunté.

—¿Me estás invitando a salir? ¿Tu?.

—Mmh... si, no hagas que me arrepienta.

Él rió.

—¿Quieres ir a comer algo? ¿Una hamburguesa?.

—Podriamos llevarlas al árbol ¿Recuerdas? Ese día que te rechacé.

—Si, recuerdo —dijo molesto y besé su mejilla—. Eso no hará que olvide el recuerdo.

—Tonto —me burlé—. ¿Me pasas a buscar?.

—Okay, de acuerdo.

Quiera o no, iba a decirle todo mañana.