The Four Elements © |B#1|

Capítulo #14

Todo el camino hacia el aeropuerto fue en silencio. Lo que me permitía pensar un poco más sobre como le diría Luke sobre el hospedaje de Leonardo.

-Cassy...

Olviden mi tiempo para pensar. 

-¿Sí? 

-¿A quién vamos a recoger? -interrogó. 

Su pregunta me confundió un poco hasta que me percate de mi gran error. No le había dicho quien estaba en el aeropuerto esperándome.

-Uhm... un am...

Un tono de llamada bastante inesperado interrumpió mi respuesta. 

Salvada por la campana. 

-Creo que te llaman -anunció él entre risas.

No lo iba a negar. Mi ringtone era un poco vergonzoso, pero debía admitir que ese libro era el mejor que había leído hasta ahora. 

Contesté sin fijarme en quién era.

-¿Sí?

-¿Eres tú? -cuestionó la voz de una mujer, con la voz entrecortada.

-¿Quién habla? -interrogué.

-¿Cassandra? 

-Si no me dice quién es, me veré obligada a colgar.

-Reconocería tu voz en cualquier lado. Claro que eres tu. -murmuró entre sollozos. 

-Señora, por favor, no llore. Respóndame, ¿quién es? -interrogué de nuevo.

-Cassandra, escúchame, no te puedo decir mi nombre, es muy peligroso. Te tengo que decir muchas cosas, pero tengo poco tiempo así que iré al grano. -tomó aire.-Mantente a salvo, si Luke, Jill, Géminis y Ed te encuentran, confía en ellos. No dudes nunca de lo que te digan, son buena gente, lo sé, conozco a sus padres, somos amigos. No te separes de Luke, por favor, no le digas a nadie lo que eres, te pondrás en peligro.

-¿Quién habla?-cuestioné alterada. Esto me empezaba a poner los pelos de punta.

-No me crees, ¿verdad?

-No. Por favor, dígame quién es.-exigí.

-Mira, si te digo mi nombre estarás en peligro, entiéndeme. Créeme, te estoy diciendo la verdad, piénsalo, como es que sé tu nombre.

-No me ha respondido.-no sabía que decir. Esto era demasiado para mi. 

-¡No hay tiempo Cassandra! ¡Se acaba el tiempo! ¡Haz lo que te pido, por favor!

-¿Quién es usted para darme ordenes?-interrogué.

-¡Cassandra, por favor, hazme caso!

-¿Quién es...?-me vi interrumpida por la señora.

-¡Soy tu madre, Cassandra, soy tu madre! Debo irme, ya es peligroso lo que te dije. Por favor, haz lo que te pido. 

Estaba en shock, lo que me dijo me dejó paralizada. Esa señora había dicho que era mi madre, ¿cómo era eso posible? Lágrimas se deslizaron por mi mejilla, una y otra vez, en completo silencio.

-¿Qué pasa, Cassy? -cuestionó al mismo tiempo que estacionaba el auto. Ya habíamos llegado y yo no me había percatado de eso. 

 Sin pensarlo dos veces me lancé a sus brazos en un intento de encontrar paz en el desastre que se estaba volviendo este día. Nos quedamos así por varios minutos, yo seguía llorando. Cuando alguien juega así con mis sentimientos, con mi madre, me era inevitable no llorar.