Querido destino:
Aún no entiendo en su totalidad tu funcionamiento; no sé si tú lees mis cartas o yo misma las escribo, a pesar de todo, quiero creer en ti, y temo avisarte que comenzaré desde cero.
No sé si con algo tan complejo como un cambio de entorno; o algo tan sencillo como tomar una ducha de 20 minutos y hacerme creer que elimino todos mis males.
Tengo una duda... No sé si este nuevo comienzo deparará un mal final; pero tomaré el atrevimiento de responderme con un "No me importa".
Sin más que decir... Ojalá juguemos a favor mutuo.- Un alma decepcionada.