Manuel se acerca lentamente hasta Gabriela, Joshua se acerca hasta ella, quien le recibe con un abrazo.
―Muchas felicidades, conejito. Sabía que ganarías.
―Gracias, Joshua. Le dice sonriendo.
―Ejem… ¿Puedo hablar contigo? Interrumpe Manuel, Gabriela lo mira por unos segundos sin inmutarse, ninguno de los dos responde, ya que no saben hacia quien va.
―¿Disculpa? Pregunta Gabriela. ―¿A quién te diriges?
―A ti. ¿Puedo hablar contigo?
―¿Conmigo? ¿Por qué?
―¿Por favor? Solo te tomara unos segundos. Insiste Manuel.
―E.. Está bien. Mira hacia Joshua, pidiéndole que los deje solos.
―Te veo en la cafetería, conejito. Se despide de ella con un apretón en el hombro.
―Así que… ganaste. Felicidades. Dijo Manuel, sin saber cómo pedirle que le impartiera clases de baile.
―Uhhm… gracias. Se limitó a decir Gabriela.
―Oye… estem… no sé cómo decírtelo. Balbuceaba mucho, ¿Cómo pedirle a alguien que apenas le diriges la palabra un favor de ese tamaño?
―Solo dilo y ya. Dijo ella, intentando facilitar las cosas.
―Está bien. Bueno yo…
―Tu… Una idea atravesó su mente, solo por unos segundos, si quería que ella le enseñara a bailar tendría que ofrecerle algo a cambio.
―Te invitare al baile de disfraces próximo. Dijo rápido, temiendo que no hubiera entendido. La cara de ella mostro confusión, enarco una ceja, invitándolo a proseguir. ―Tendrás mi compañía. Para su mala suerte, la última frase salió más creída de lo que quería.
―¿Así que… me ofreces el placer de tu compañía? ―Dijo sarcástica
―Exactamente. Respondió, teniendo la suficiente seguridad que no se negaría.
―¿A cambio de qué?
―Sencillo. Baila conmigo.
