XVII. Lazos PARTE I

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EDIT 13/10/19: Nos acercamos al final... Este capítulo me gusta especialmente, y ahora corregido, me gusta todavía más.

Hola a todos :) Hoy vengo con la primera parte del siguiente capítulo, que sí, lo he dividido en dos para no tardar tanto entre publicación y publicación, y también porque de otra forma iba a quedar muy largo. En cualquier caso, ¡espero que lo disfrutéis!

XVII. Lazos

Parte I


 «Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.

Nescio: sed fieri sentio et excrucior.»

Catulo

(Odio y amo. Por qué hago esto, podrías preguntarte.

Lo ignoro, pero así me siento y me torturo.)


Light le había dicho que no tenía tiempo para ella aquella tarde, pero aún así Misa había salido hacia su apartamento. No pensaba molestarle de todas formas, solo estar con él y demostrarle que podía alzarse a su lado. A diferencia de lo que muchos pensaban Misa no era tonta, aunque podía fingir serlo sin problemas y, sin duda, desde hacía mucho había escogido ignorar que el amor de Light no era exactamente como a ella le hubiera gustado. Porque tal vez él no la amara ahora, pero lo haría algún día. Tal vez. La sangre le hervía cada vez que pensaba en esa chica con la que Light había tenido una aventura. Pero ahora estaba con ella, a la hora de la verdad Light la había escogido a ella.

Misa llegó al portal del apartamento sobre las siete y media de la tarde. Una anciana que salía en ese momento le aguantó el portón para que entrara. Ryuk la seguía en silencio, invisible a los ojos del mundo. Una vez en el rellano de Light, Misa picó al timbre, pero no hubo respuesta de inmediato ni tampoco cuando Misa llamó una segunda, tercera y hasta una cuarta vez. ¿Por qué Light no contestaba? Había dicho que estaría en casa. Con una sensación de malagüero, Misa le pidió a Ryuk que echara un vistazo dentro —aprovechando que podía atravesar paredes y todo eso—. Este así lo hizo mientras Misa aguantaba la respiración sin saber qué iba a encontrarse. Cuando Ryuk salió y dijo en un tono socarrón que parecía que a Light le había petado la patata, Misa sintió como si el mundo se estuviera hundiendo bajo sus pies y la oscuridad la engullera. Llamó a una ambulancia de inmediato y con la ayuda de unos vecinos consiguieron derribar la puerta del apartamento de Light. Este se hallaba yacente, inmóvil en el suelo, pálido y con la cara y el cuello empapados en sudor. En lo único en lo que Misa pudo caer antes de que llegara la ambulancia, fue en esconderse las hojas del cuaderno de muerte. Porque, aunque a ella no le importaba lo más mínimo su misión de purificar el mundo en aquel momento, con la vida de Light peligrando, sabía que este se enfadaría si no era cuidadosa... si es que se recuperaba. No. Se recuperaría, Misa no podía pensar en otra opción.

El trayecto hacia el hospital, con la sirena sonando como un graznido fatal y con la imagen de Light tumbado mientras le aplicaban el electro, le hizo rememorar el día del funeral de sus padres.

Misa alzó la cabeza al distinguir como unos pasos se acercaba rápidamente por el corredor de urgencias del hospital. Eran todos los del cuartel general excepto Mogi. Incluso L y Watari habían venido, el primero esgrimiendo una palidez más acentuada de lo habitual. La expresión del madre de Light, con los ojos desorbitados y la mandíbula descompuesta, capturó toda su atención. Sobre todo cuando la agarró bruscamente de los hombros preguntándole por el estado de su hijo.

DEATH  CHESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora