(1) Descubriendo Sentimientos

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Me miré al espejo para asegurarme de que estaba bien.  Mi pelo negro recogido en un moño, hacía que mis ojos verdes sobresaltaran de mi tez trigueña.  Honestamente, Fabián y yo nos parecemos mucho. 

Opté por unos mahones, una blusa suelta de manguillos y unas sandalias.  Afuera estaba un poco caliente, así que lo mejor era estar cómoda.  Además, tenía que estar lista para correr detrás de Fabián de ser necesario.

Luego de desayunar, caminamos hasta el parque.  Es solo una pequeña caminata desde mi casa hasta el lugar; y Fabián la disfrutó mucho.  El corre, yo lo persigo; esa es la manera de nosotros caminar hasta allí.  La única diferencia esta vez era Ezequiel, quien reía al vernos jugar.

Al llegar allí, Fabián corrió hacia unos niños que estaban en el parque.  Todos eran de la misma edad, y nos encontrábamos a menudo para que todos jugaran juntos.  Ezequiel y yo nos sentamos en unos de los columpios y comenzamos a mecernos.

"Has pensado en lo que quieres estudiar cuando termines la escuela?" preguntó Ezequiel.

"No, aún no estoy segura.  Tal vez medicina; pero me inclino más hacia la sicología.  Ricardo y yo planeamos aplicar para la misma universidad."

Ezequiel se levantó del columpio, parándose frente a mi y deteniendo el mio.  Me quedé un poco sorprendida ante su actitud y lo miré a los ojos.

"Acaso estás haciendo planes para irte a vivir con él? Por eso es que ambos quieren aplicar para la misma universidad?"

"Si" fue mi única contestación, pues aún estaba procesando sus preguntas y la razón que el podía tener para hacerlas.

"No creo que a Joseph le agrade la idea; mucho menos después de todo lo que pasó cuando Adrianna se fue a vivir con Alejandro al comenzar la universidad." decía Ezequiel apretando fuertemente las cadenas del columpio.

"Pues le tendrá que gustar. Es mi padre, lo amo, pero yo soy quien decido mi futuro.  Además, no es que vayamos a vivir juntos desde el principio."

Ezequiel se relajó un poco al escuchar mis palabras.  Qué le estaba sucediendo al hombre que tenía frente a mi? Porqué esta reacción? Acepto que me gusta, que vivo enamorada de él; que desearía ser mas que su amiga. Pero es algo imposible.

Ezequiel me tomó de las manos, levantándome del columpio. Caminamos hacia un banco  a pasos de donde estaba Fabián; sentándonos uno al lado del otro.

"Isabella, tú y Ricardo...?" Ezequiel comenzó a preguntarme sin poder terminar. 

"Si Ricardo y yo, qué Ezequiel?"pregunté sintiéndome un poco molesta mientras pensaba en lo que Ezequiel quería preguntar.

"Si tú y Ricardo...Si tú eres..." volvió a intentar sin éxito.

Una ola de coraje corrió por todo mi cuerpo; tuve que respirar profundamente.

"Si Ricardo y yo hemos estado juntos? Si soy aún virgen? Eso es lo que quieres preguntarme? No Ezequiel, no hemos hecho nada.  Porqué la pregunta?" si me había acostado o no con Ricardo era mi problema, no el de él; mucho menos le tenía que importar.

"Solo curiosidad.  Debes pensar las cosas bien antes de hacerlas." me respondió él un poco incómodo.

"Y quien eres tú para decirme eso? A quien le he conocido muchas novias y con quienes probablemente te has acostado." el pensar en este simple detalle, me llenaba de celos.

"Alguien que te quiere, que siempre ha cuidado de ti..." sus palabras eran una mezcla de frustración y coraje.

"Pues si tanto te importa saberlo, soy virgen Ezequiel.  Cuando llegue el momento, llegará, y no estaré dándote cuentas de lo que hago." le respondí y con el mismo coraje que sentía, me levanté y comencé a caminar en dirección hacia Fabián.

Sin explicarme el porqué, lágrimas salían de mis ojos.  Tal vez era coraje, tal vez me sentía frustrada. Mis pasos no fueron muchos, ya que fui detenida por Ezequiel, quien me tomó por el brazo.  Me hizo girar y choqué con su pecho; nuestros rostros a solo centímetros.

Sus ojos miraban fijamente los míos.  Con su mano libre, tocó mi rostro.

"Isabella, eres hermosa y especial." dijo Ezequiel mientras podía sentir su aliento en mis labios.

Movió la mano que estaba en mi brazo, colocándola en mi espalda y acercándome hacia él.  Yo, simplemente, cerré mis ojos y dejé que él llevara las riendas.

"Tití, tití, tengo hambre." gritó Fabián provocando que saltara.

Ezequiel dejó libre un suspiro y miró hacia el cielo.  Yo le tomé a Fabián de la mano, y dándole un beso en la frente, le respondí "Vamos a csa, seguramente abuela tiene algo preparado para nosotros."

Comenzamos a caminar de vuelta a la casa, y aunque el silencio no era cómodo, sonreía pensando en lo que acababa de suceder.  Ezequiel colocó su brazo sobre mi hombro, y mirándome, sonrió también.

Al llegar a la casa, para nuestra sorpresa, estaba vacía.  Encontré una nota de mi mamá indicándome que habían salido con Adrián y Angélica a ver unos locales para la boda y que no llegarían temprano.

Senté a Fabián en la mesa del comedor y le preparé algo rápido para comer. 

"Y para mi no hay nada?" preguntó Ezequiel sentándose al lado de mi sobrino.

"Estás en tu casa, pueds tomar lo que quieras.  No soy sirvienta de nadie."

"Lo que quiera?" preguntó Ezequiel intentando coquetear.

La mayoría del tiempo bromeábamos así; excepto frente a Ricardo o Viviana.  Ricardo no soportaba a Ezequiel y Viviana a veces era demasiado seria.

Le tiré la esponja con la que estaba lavando unos platos, sin pensar por unos segundos que estaba mojada y tenía jabón.  Esta fue a parar en el rostro de Ezequiel.

"Perdón Ezequiel." le dije yo en asombro y entre risas.

"Me debes una y me las vas a pagar." respondió él con una sonrisa maliciosa en los labios y levantándose de la silla.

"No por favor..." fue lo único que logré decir antes de que me agarrara por la cintura y comenzara a hacerme cosquillas, retorciéndome yo entre sus brazos.

"Ezequiel, por favor!" decía entre risas, suplicando que me soltara.  Era demasiado cosquillosa y no soportaba más.

Así que dejé de forcejear y me desplomé en el suelo, arrastrando a Ezequiel conmigo.  Este cayó encima de mi y las risas se terminaron.  Nos quedamos mirandonos fijamente a los ojos por segunda vez en el día.  Qué está sucediendo?

Amor ClandestinoWhere stories live. Discover now