Ambas nos fuimos a dormir, luego de hacer que los hijos de nuestra señora cerraran los ojos.

A la mañana siguiente, deje la casa temprano, debido a que debía ir en busca del agua para el baño de los pequeños hijos de la ama, iba con sus brazos ocupados cuando encontró de forma inesperada a aquel joven sentado bajo la misma copa del mismo árbol, con la lira en manos, y con un libro.

El me llamo con una sonrisa encantadora, fui a donde él, incluso con las vasijas, las cuales deje a un lado al momento en el que él me invito a sentar a su lado.

- Esto es un libro, estoy seguro que lo conoces, pero solo en caso de que no, te lo digo. - Hablo, mientras abría las paginas, dejándome ver formas desconocidas, las cuales el describió como palabras. - Todas estas juntas, forman un significado, mira, esta oración aquí dice "El cielo es tan inmenso que podría verme absorbido por él, pero nada es tan grande como la profundidad de tus ojos."

- ¿Profunidad?

- Profundidad.. ¿Ves un hueco en la tierra? Eso es profundo, porque su tamaño hacia abajo lo hace así, pero algunos poetas usan en sentido de profundidad como algo artístico, sus ojos, eran de un color intenso azul, por que los comparaba con el cielo.

- Profundidad... ¿Es argo grade?

- Enorme, lo profundo es enorme, usualmente.

Y así pasaron las horas entre nosotros, hablando acerca de los diferentes significados de palabras extrañas que el pronunciaba en diferentes ocasiones, continuamos leyendo esa historia que el poseía entre sus dedos, hasta que nuevamente llego el fin del día y la hora de ir a enfrentar al monstruo que posiblemente me estaría esperando en el lugar donde vivía.

- Muchas..GraCIas.. - Dije, aplicando la misma pronunciación que él me había enseñado unos cuantos momentos antes.

- Aprendes bastante rápido, deberíamos intentar vernos otra vez para ver si termino de enseñarte algunas palabras, así aprendes a hablar. - Dijo, su voz tan amable quedo enterrada en mi mente, y una sonrisa se escapo de mis labios, con un movimiento de cabeza le dije que si, y entonces volvió a ponerse de pie para irse. - ... Trabajas para una casa de familia, no hiciste caso a las órdenes que te dieron hoy, y te quedaste conmigo ¿Cual es el castigo?

- 10... - Susurre, tratando de no recordar el dolor del látigo chocando contra mi piel desnuda.

- Tranquila, todo pasara rápido. - Y antes de irse, con un rostro arrepentido, se acerco a mí y me abrazo, un inmenso calor se apodero de todo su cuerpo, y tan rápido como comenzó, el contacto entre ambos había terminado. - Si mañana puedes venir, aquí estaré, bajo la misma copa.

Entonces, tomando su lira y su libro en manos, se marcho por el mismo camino que había tomado el día anterior, desapareciendo de la misma manera tan peculiar, yo tome las vasijas, y tome dirección hacia mi castigo. 

Fueron 20 latigazos, apuntando todos hacia el mismo lugar, profundo fue la palabra que el utilizo para describir algo inmenso y con un tamaño grande hacia el fondo, profunda, era la marca que me había dejado mi señora sin piedad alguna, pero todo paso rápido, justo como había dicho el. 

Esa noche, no pude recostarme de mi espalda, y mi hermana se paso cada minuto a mi lado, tratando de consolar mi dolor, ella sabia que esa herida ganaria una infeccion si no era tratada, por esa razon, busco el vino sin permiso de nuestra ama, y comenzo a trabajar. Despues de unas dos horas de trabajo de parte de ella, todo habia terminado, y ya yo me encontraba en paz.

Al dia siguiente, trate de levantarme con calma, a una hora en la cual nadie estuviese despierto, para ir al mismo lugar donde habia encontrado al joven, me bañe con el agua que habia recogido el dia anterior para los niños y me puse un vestido para el trabajo que aun se veia desente, y asi sali sin ser ni vista ni escuchada.

Como era de esperarse, no habia nadie bajo la copa esperando, por esa razon, me sente para esperar que el viniera, y asi pasaron unas dos horas, en las cuales me quede dormida. Soñe con aquel hombre llamado Orpheus, el cual me habia estado enseñando a hablar, soñe con que me tomaba lejos y me hacia sentirme feliz una vez mas, como cuando era una niña y vivia bajo el manto de la mentira de que mi madre trabajaba de cualquier cosa menos de prostituta. Unas notas musicales me despertaron, y lentamente pude abrir los ojos para encontrarme con el bello rostro de aquel joven tocador de Lira.

- No queria despertarte, lo siento. - No sabia como expresar la poca importancia de una situacion en esos momentos, por esa razon simplemente utilize mi cabeza y una sonrisa para decirle que no tenia importancia. - No importa.

- Tu... Como sabia?

- Porque era completamente obvio en tu cara antes de sonreir que no sabias que decir, haha. - Sus palabras fueron dulces, casi calidas, y yo quede prendada a ellas como si fueran unicas. - Sabes que no puedes volver a tu casa, verdad?

Yo simplemente guarde silencio, sabia mejor que cualquier personas que no podia volver a pisar la casa de mi ama, debia abandonar a mi hermana en manos de esa mujer debido a mis ultimas insubordinaciones, pero no me importaba, con tal de volverlo a ver.

- Eres una tonta, no solo por no saber hablar bien, si no porque por un hombre escapaste de una familia..

- ¿Un hombre? - Pregunte dudosa, no sabia a que se referia cuando decia que lo habia abandonado todo.

- No lo captas, no creo que allas tenido mucho contacto con emociones que digamos, debes de tener unos 16 años, 17 maximo.. y con tu poca educacion es entendible... Estas enamorada. - Mi rostro dijo todas mis dudas en el momento que escuche esa palabra, era obvio debido a la sonrisa tonta que aparecio en el rostro de Orpheus. - Estar enamorado es... querer estar con esa persona sin importar cuanto cueste hacerlo.

- Enamo...Enamorado.. - Repeti - Si, estoy enamorada entonces..

- No creo que entiendas bien el peso de esa palabra, haha.. - Dijo, aun con una sonrisa, entonces se acerco a mi y tomo mi mano. - Enseñarte todo un mundo mas alla de lo que puedes ver seria un sueño para aquel que tambien este enamorado de ti... Pero es poco tiempo, no podria decir por seguro que estoy enamorado, pero si estoy dispuesto a enseñarte... ¿Me dejarias mostrarte el mundo desde mis ojos, Bendita? 

- Si. 

Nunca me arrepenti de dejar que el me enseñara a hablar y a escribir, nunca me arrepenti de dejar que el me conociera hasta lo profundo, nunca me arrepenti de haberle conocido, de lo unico que no estoy orgullosa es de haber dejado a mi hermana atras, pero habia caido presa de un hechizo, de su musica, de su cabello, de sus ojos, de su todo, el me enseño a hablar, a escribir, a soñar, a observar... pero mas que todo, el me enseño a amar y a continuar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 14, 2012 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EnseñameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora