|P a r t e ú n i c a|

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Miré el cielo, fijándome cuan oscuro todo se volvería con el pasar de las horas, capaz minutos.

Agarré bien el asa de mi maleta y me la lancé a la espalda. Suspirando por enésima vez en el día. Mi graduación llegaría pronto, muy pronto para ser exacto, y eso me asustaba ligeramente.

Pasé por la entrada, saludando al profesor Im en la puerta, inspeccionando que todos los alumnos llegasen y ninguno se quedase en la entrada y faltara a clase.

Empujé con mis nudillos mis lentillas por el puente de mi nariz y con un leve asentimiento pasé delante de él, de igual manera él lo hizo sin gesto alguno.

Al instante el sonido de un motor apagándose hizo que girara sobre mis talones y mirase en dirección al ruido ocasionado.

Sunmi bajaba del auto de Jong In sonriendo como la típica chica enamoradiza. Vi como él le daba un beso sonoro y pasado de tono frente a uno de nuestros maestros. Ya que él ya había acabado la escuela e iba a la preparatoria, mientras que nosotros aún seguíamos cumpliendo nuestra condena.

Fruncí los labios tratando de callar cualquier improperio de decir algo de que después me arrepentiría, y no quería que nuestra amistad acabase por simples celos que siempre venían a mí cada vez que los veía juntos.

Salió del auto, no sin antes intercambiar un poco más de saliva con Kai, para luego sonrojarse al percatarse que el profesor había presenciado toda esa escena. Sin embargo, Im pareció no notarlo, pues simplemente le sonrió.

¡Debería estar prohibido hacer ese tipo de demostraciones afectuosas!

Cuando se colocó al lado mío, le pregunté:

-¿Regresaste con él? -mi falta de empatía era más que notoria, para que sepa cuán mal me caía ese tipo, sin embargo, ella parecía nunca percatarse de mi voz de desagrado cuando me refería a él.

-Eh sí -vi como sus mejillas se teñían de un rojo visible por su piel blanquecina.

Sunmi era una de las más hermosas chicas de la escuela, era mi mejor amiga, desde que tengo razón de memoria. Nunca he sido capaz de confesarle mis sentimientos amorosos a ella, pues siento de que Sunmi no siente lo mismo que yo, obviamente, y no la forzaría a hacerlo.

-Te volverá a hacer daño -le dije.

-No, él dijo que realmente me ama. Que realmente me ama-confesó con toda la ilusión posible reflejada en sus preciosos ojos marrones, iguales a los míos.

Habían veces en las cuales Sunmi era ingenua y creía en todo lo que las personas le decían, eso era lo que me gustaba y encantaba de ella. Siempre tranquila, pura, hermosa y más que nada, es un amor de persona. No había ni un solo día que no tuviera una bella sonrisa en su delgado rostro. No había ni uno solo, ni uno que derrumbara su barrera de felicidad.

-Las personas mienten -comenté, con la vista fija al frente, no queriendo ver su expresión capaz dolida.

Las personas mienten.

Como yo -quise añadir.

Me gustas; Sunmi -también quise decir, mas me contuve y seguí con la vista al frente.

-¡Pero sé que esta vez lo dice en serio! -agregó con su típico tonito chillón cuando no conseguía lo que quería-. ¡Me lo demostró!

¿Qué?

-¿Te lo demostró? -la miré confuso. Ella abrió la boca, y luego la cerró de forma rápida, mientras que su rostro tomaba un color carmesí ultra notorio y entonces supe a lo que se refería con demostración-. No me jodas, Sunmi.

Fool; choi youngjae✔️Where stories live. Discover now