-Cuando conocí a Louis... -Comenzó a decir Harry-.... Lo primero que pensé fue que mi abuela estaba loca... -Pocos comprendieron a lo que el príncipe se refería.- Pero en este momento me arrepiento de haber pensado eso; mi abuela me hizo un gran favor. -Harry miro fijamente los ojos de Louis.- Gracias a ella encontré al amor de mi vida. -Ambos sonrieron con verdadero amor.- Los momentos que Louis y yo vivimos son, simplemente, el mejor regalo que los dioses me pudieron hacer.

Después de esas pocas, pero sinceras, palabras todos esperaron a que Louis hiciera lo mismo.

El ciervo trago saliva, no estaba muy seguro de poder hablar ante todas esas personas, vio en la mirada del príncipe cierto brillo que le decía que no le importaba si salía bien o mal, valdría la pena intentarlo.

Tras un suspiro de derrota Louis se puso de pie bajo la atenta mirada de todos.

-Cuando conocí al príncipe lo primero que pense fue que su abuela estaba loca... -Todos comenzaron a reír y, quizás, eso alentó un poco a Louis.- No quería trabajar para él, no me sentía muy cómodo con esa idea. Pero luego conocí más en profundidad a Harry y les aseguro que, pasara lo que pasara, hubiese elegido trabajar para él una y mil veces más. No me arrepiento de nada de lo que paso entre nosotros, cada uno de esos obstáculos nos hizo más fuertes.

Todos los presentes sonrieron con ternura en cuanto Louis se sentó, el amor que esos dos jóvenes se tenían era palpable; lo podías ver en su cara, en su mirada, en sus gestos al hablarse y lo podías notar en el aire como una suave brisa primaveral que golpeaba tu rostro suavemente.

Quizás el ambiente estaba muy romántico, pero la verdad era que en un lugar tan egoísta y cruel como lo es el mundo, un amor tan puro y tan fuerte como el de ellos era algo que traía esperanza. Quizás el mundo no estaba perdido si futuras generaciones sabían amar a los demás de la misma forma en la que Louis y Harry se amaban.

(...)

Harry y Louis despidieron a todos y cada uno de los invitados con una sonrisa cansada en su rostro.

Estaban secretamente complacidos de que el festejo haya terminado.

No les molestaba su presencia, pero en realidad ellos estaban cansados de tanta atención. Solo querían ir a dormir... o quizás no.

Después de que se fueron todos, ellos se fueron a sus aposentos.

(...)

Ambos sabían que eso iba a pasar, con los nervios y la presión que sintieron a lo largo del día quizás lo olvidaron o lo dejaron de lado durante unas cuantas horas, pero la realidad era que en un lugar muy recóndito de su ser sabían que eso iba a pasar y definitivamente querían que pasara.

Caminaron tomados de la mano hasta el kline. Les habían regalado uno mas grande ya que, a partir de ese día, ambos dormirian juntos todos los días y creían que el anterior que el príncipe tenía era algo chico para que ambos durmieran cómodamente. En cierto modo era verdad pero ellos no se quejaban, es más, ponían eso como excusa para poder dormir abrazados.

El ambiente se sentía ligeramente tenso.

Con falsa seguridad Harry se acercó a los labios de Louis y los beso con clara lentitud.

El tiempo pasaba y la situación no mejoraba, solo se dedicaban a besarse y mirarse con miedo de llegar a más.

Sabían que eso era necesario, de otra forma su matrimonio no estaría sellado y todo lo que hicieron no habría válido de nada.

-Lou, si no quieres, si no deseas hacer esto no lo hacemos. -Hablo Harry con lentitud.- Nadie se va a enterar que esto no ha ocurrido.

Harry quería, lo deseaba más que a nada, pero no quería que Louis pensara que lo estaba obligando a hacerlo.

"The Kings" {L.S} [M-PREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora