Capitulo 11

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_ No... estoy bien - pauso un momento para regalarle una pequeña sonrisa - ¿cómo apareciste tan rápido cuando estaba llorando?– Le pregunto recordando como se sintió el estar acompañada y segura en un momento así

Él lo pensó un rato.

_ Pués, yo estaba en mi habitación y escuche algunos gritos desde tú habitación, no quise asomarme pero escuche que llorabas, y me preocupe, después vi a Raúl salir enojado, así que sólo espere a que llegarás - me dice.

_ ¿Él no ha vuelto cierto? – Le pregunto a Adam.

El niega con la cabeza.

_ Pero estoy seguro que volverá – Me dice alzando la vista.

_ ¿Cómo lo sabes? – Le pregunto.

Vacilo un momento.

_ Pues, el dejo su maleta aquí, y además no conoce este lugar – Me dice Adam.

­_ Está bien.

Él se acuesta en la cama.

_ ¿Sabes lo que deberías hacer? – Me pregunta serio.

_ ¿Qué? - le respondo.

_ Ducharte. - me dice un poco divertido.

_ ¿Tan mal huelo? – Le pregunto cansada

_ Te sentirás fresca y limpia, eso te hará sentir mejor, aparte pareces...- pausa un momento y se lo piensa - muerta, tal vez.

Una ducha fría, como dije antes, me relaja mucho.

Me levanto de la cama y empiezo a sacar ropa del closet, ropa interior, y un enterizo de panda, hoy solo quiero dormir y dormir hasta que empiece a odiar mí cama, entro al baño, le paso seguro y me empiezo a desvestir. El agua esta fría, que delicia, me manoseo con el jabón en la mano varias veces, nuevamente me meto en la ducha para quitarme el jabón, me quedo un rato en la ducha, si una ducha me quitara todo este alboroto que tengo en mí cabeza. Sería magnífico.

 Cierro la regadera y me envuelvo en la toalla como un burrito, seco todo mi cuerpo y me empiezo a vestir, ya puesto mi pijama de panda, meto la ropa sucia en una sesta.

 Me miro al espejo y me digo a mí misma:

_ Imbécil.

Me cepillo el cabello, me echo un poco de desodorante y salgo del baño, cuando salgo del baño me encuentro con Adam acostado en mi cama con los ojos cerrados, le lanzo unos de mis peluches para llamar su atención, el abre los ojos lentamente, hasta que se da cuenta de mí presencia y se ríe.

_ ¿Un panda? – Pregunta riéndose.

_ Levántate, tengo hambre.

Bajo las escaleras y escucho sus paso detrás de mí, llegamos a la cocina y me siento en la encimera.

_Entonces dime, ¿qué vas a cocinar? Y por cierto nada de pescado, soy alérgico.  – Me dice mirándome ansioso.

_ ¿Disculpa? - le pregunto indignada.

Y que espera este ¿Qué yo Alex cocine? 

Un día lo intente y casi quemo la casa (literalmente).

Estaba cocinando en mi casa sola, mis padres estaban en el trabajo y yo me estaba muriendo del hambre, todo iba bien hasta que empieza oler a quemado, y entonces me doy cuenta que se está quemando la toalla de secarse las manos, la llama se hace más y más grande, no me prepare para esto, agarro la escoba que está a mi lado, golpeo la escoba contra el fuego y la escoba también se incendia, la dejo en el piso, busco el celular para llamar a los bomberos.

¡Te quiero idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora