Especial [ 3 / 3 ]

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[ Ten ]

El reloj continuaba marcando la hora, los pájaros seguían cantando, el sol seguía saliendo, todo eso pasaba después de la muerte de Johnny.
Le había prometido a mi madre que hoy saldría de la cama pero mi cuerpo no mostraba indicios de hacerlo, necesitaba sentir el calor de Johnny a mi lado. Gire hacia donde se encontraba mi despertador, marcaba las dos de la tarde.
Desde el día en el que Johnny tomo más pastillas de las necesarias nada volvió a ser igual, simplemente no le encontraba el sentido a la vida, tal vez necesitaba matarme y terminar con esto, así como Johnny hizo. Pero también le prometí a mi madre que no me mataría, sigo aquí por ella.

Sentí calor a mi lado, seguido por un golpe.

Me desperté.

Gire rápidamente y Johnny dormitaba tranquilamente a mi lado, había tenido otra pesadilla. Me acerqué más a Johnny, tanto que su aroma me ahogaba, y enterré la cara en su pecho. Sentí una mano pasar por mi espalda y rodear mi cintura.

—¿Otra pesadilla?— pregunto Johnny

—Si, pero no era tan grave.

Y era verdad, las pesadillas pasadas eran mucho peores que está, mucho, mucho peores.

Cerré los ojos y me deje llevar por el aroma de Johnny y la promesa del amanecer, tenía el presentimiento de que tendría un gran día.

| ~ |

El aroma a pancakes inundaba la casa, abrí los ojos con cuidado y encontré el cuarto completamente a oscuras, Johnny y Sun Hee no estaban.

Me levante rápidamente y me coloqué las pantuflas, las sabanas estaban echas revoltijos pero las podía acomodar luego, lo que quería hacer ahora era llegar a la sala.

Camine con la cabeza baja hasta que un revoltijo de sonrisas corrió hacia mi.

—¡Dada!— la pequeña Sun Hee corrió hacia mi, traía cuatro crayones en las manos y la boca decorada con miel. La tome en mis brazos y le di un beso en la frente a lo que ella respondió riendo.

—¿Dormiste bien, princesa?— pregunté, asintió rápidamente y luego recargo su cabeza en mi hombro.

Llegue a la sala y a Johnny sentado en la pequeña mesa rosa que le habíamos comprado a Sun Hee no era lo que me esperaba.

—Ah, veo que ya despertaste— su cálida sonrisa hizo que sintiera mariposas en el estomago como la primera vez que lo vi— ¿Sunny está dormida?

—¡No!— exclamó Sun Hee girándose rápidamente, la pequeña alzó los brazos hacia Johnny y él la tomo.

—¿Fuiste a despertar a papá Ten?

Sun Hee se quedo callada un momento para luego asentir, hizo ademán de bajarse y Johnny la dejo en la mesita rosa.

Me acerqué a Johnny y le di un beso en el cuello, él sonrió y me dio un beso en los labios.

—El príncipe tardó en despertar— me dijo con una sonrisa.

—Mmmh, o tal vez ustedes se levantaron muy temprano.

JohnTen Chats [ PAUSADA ]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt