Final parte dos

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Mi cabello húmedo estaba adherido a mi rostro con fuerza. Las gotas de agua fria cayendo sobre mi cuerpo con fuerza. Y la arma apuntandome justamente frente a mi estaban presentes en esta ocasión. La gran roca tras de mi me hacía saber que si intentaba retroceder unos pasos más caería de espaldas a el precipicio, facilitandole a Robert el poder asesinarme como el hombre le había ordenado hace unos minutos.

—Aún no entiendo como es que eres tan inocente, despúes de todo lo que te a pasado alrededor de estos dos años.—Desvié mi mirada un par de segundos.—Es tan triste que vayas a morir justamente el día en el que cumples años.—Dió una mirada rápida a su reloj sin dejar de apuntarme con el arma.

No quería que nadie más pagará por todo esto. Si ellos me buscaban a mi entonces estaba dispuesta a aceptar mi destino. Un destino que cambiaron cuando me arrancaron de mi familia.

—Aquí estoy.—Extendí los brazos a cada lado mio. Las gotas de agua salpicaban con fuerza sobre mi sudadera. —Adelante, haz lo que tanto querían.—Tragué un nudo en mi garganta.

Unos aplausos resonaron en el lugar. El arma estaba abajo. Los brazos de Robert seguían sujetandola pero los aplausos no venían de el si no de una chica que se encontraba trás de el. Su cabello demasiado corto hasta por el cuello, el gorro gris sobre su cabeza y los pantalones ajustados estaban en ella, no lograba reconocerla.

—Muy bien hecho.

Isabela. Isabela Moner.

Creí que nunca vendrías.—Mi mirada ahora se enfoco en Robert.

—¿Bromeas?.—Dió un risa escandalosa y luego sonrió en mi dirección.—Quiero tener el honor yo misma.

Isabela tomó el arma entre sus manos. Robert plató un beso en sus labios al instante. ¿Ellos eran pareja?.

—Tratá de ser rápida. Dominique no quiere que demores tanto. Debemos irnos de aquí antes de que nos descubran.—La rasposa voz de el chico se escuchó sobre el ruido que provocaba la lluvia al caer.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente.

Resbalé con el lodo que ahora se había formado en el piso. La gran priedra fue mi único sustento para no caer al precipicio.

—Dejate de bromitas ____________.—Los ojos de Robert estaban sobre mi. No se veía absolutamente ningun sentimiento en el. Era como si todo el tiempo y los momentos que compartimos hubiera sido sólo una ilusión.

Cerré los ojos con fuerza aceptando mi destino. Aceptando lo que pasaría meses despúes de mi nacimiento. Aceptando que me matarían.

Un fuerte ruido resono en el lugar. Un fuerte ardor en mi brazo derecho quemaba como fuego. Tan intenso y doloroso como una flama. Rápidamente abrí los ojos, la bala había sido estancada en mi brazo. El dolor me hizó retorcerme del dolor. Un gritó de dolor salió de mi boca y mi brazo comenzó a llenarse de sangre.

No entendía que era lo que estaba pasando. Todo era tan confuso. Robert estaba extendido en el suelo, Isabela parecia estar forcejeando con un chico.

Con dificultad me levante de la piedra. Mi brazo pesaba, y mi mirada comenzaba a verse borrosa.

—¡_________!¡CORRE!.—Reaccione al instante al escuchar su voz. —¡NO MIRES ÁTRAS SOLO CORRE!.

Mis pies parecian estar moviendose por si solo, mi cuerpo comenzaba a sentirse pesado con cada paso que daba entre las plantas de el bosque. Sostuvé con fuerza mi brazo.

A lo lejos logré mirar el auto, estaban fuera. Me esperaban. Mi mirada se nublo y mis pies no respondieron más dejandome caer sobre el pabimento de la carretera.

El sonido de ambulancias y patrullas era lo único que escuchaba. Depronto balazos se escucharon en el lugar. Sentí como unos brazos me cargaron y dejaron sobre algo comodo como una especie de colchoneta.

Luché por abrir los ojos pero era imposible, mi cuerpo se sentía tan debíl que no me lo permitía.

J.A.C.E

Sentí como mi corazón se partió cuando la miré conectada a tantos tubos. Había perdido demasiada sangre. Y la posibilidad de que ella muriera era alta.

Miré una vez más el telefono revisando las llamadas perdidas de los amigos de ____________.

Agaché la cabeza y deje que mis ojos se cerraran unos minutos.

Grayson por otro lado se encontraba igual de destrozado que yo. Estaba en un rincón de pie esperando noticias de su hermano.

Las vendas cubrieron mis heridas, ya teniamos al rededor de tres horas en este hospital. Ya me habían atendido, por suerte todo ya estaba bien conmigo, tardaría días en recuperarme y sabía que las cicatrices quedarían en mi espalda al sanar pero lo único que me preocupaba en estos momentos era ____________ y un poco Eitan.

—Se que ella estara bien, Jace.—El cabello de Dania estaba sobre su cara. Se levantó de su asiento y me miró preocupada.

Agradecía tanto que a ella no la hubieran herido tanto. Si, los hematomas eran notorios en sus brazos pero a pesar de eso ella estaba bien.

—¿En que momento el doctor vendrá a informarnos sobre ellos?.—El señor Daevid rascó su cabeza con frustración. Siempre había admirado la manera en la que __________ y el se llevaban, era como si ellos realmente fueran padre e hija aunque la sangre dijera lo contrario.

—Estoy tan preocupado por Eitan.—Grayson se acerco con nosotros.—No debió forcejear con esa chica que por suerte esta en prisión junto a sus complices.

—Esto debió haber sido una venganza por haberla terminado.—Suspire—Cuando la conocí no sabia que Isabela tuviera esos problemas con los celos.

—Ella solo era novia de el hijo de Dominique.—Daevid parecía saber más de esto.—Dominique fue el culpable de todo.

Las ventanas de el hospital estaban llenas de vapor. La lluvia había traído con ella el frío a la ciudad.

El hombre de bata blanca y barna recien rasurada apareció en la sala de espera. Nunca había sentido tal preocupación en mi vida cuando lo miré acercarce y quitarse el tapabocas de su rostro.

Cada paso que daba me hacía sentir más y más preocupado. Su mirada triste y preocupada me hacía saber que no tenía buenas noticias.

—¿Que... que a pasado?.—Mi voz temblaba y el miedo de perder a la persona que se había convertido en el amor de mi vida  invadía cada entraña de mi cuerpo.

Negó con la cabeza.

No.

Los gritos en la sala de espera resonaron. Los hombres, mujeres y niños que se encontraban en el lugar esperando noticias por un familiar o amigo nos miraron con terror. Temiendo por recibir la misma noticia.

Esto era un adios... Uno para siempre.










Secrets J.NOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz