YoonTae

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YonGi.

Me encontraba solo, como siempre,  encerrado, desde hace siglos, hambriento, como nunca lo eh estado.

Es la culpa de ese estúpido mago; Jungkook, el me encerró, entre letras, melodías, una hermosa canción, nuestra canción, con la que lo conocí en ese baile y con la que me casé.

Duermo en un acorde mágico, 
y despierto al oírlo tocar, 
soy la esencia de la Humanidad.

Éramos felices, hasta que la avaricia consumió mi alma, el dinero que obtenía en un mísero campo no me era suficiente, yo necesitaba más, y lo hice...mi más grande error, según el; Vendí mi alma. Pero, ¿Les digo algo? No me arrepiento, lo dejé todo, mi familia, mis amigos, a el...Entonces, cuando logré obtener todo lo que deseaba, dinero, reconocimiento, mujeres y hombres por igual, yo tenía poder, tanto poder que no pude controlarlo, pero cuando me encontraba en la cima del éxito, el llegó a cobrar la deuda... tristemente, no morí, Lucifer, con quién hice este contrato, creyó que yo era demasiado bueno engañando a la gente, envolviendola en mentiras, arrastrándolas conmigo al infierno, así que me dió este poder, el del demonio más poderoso de todos los siglos; Abigor, antes, Min YoonGi. Soy el infierno, el sufrimiento, el pecado, la perdición.

Represento la promiscuidad 
de las almas que enferman de paz, 
me presento: Soy la libertad 
de tu cuerpo y no cobro con fe! 

Hasta que el, Jungkook, con todo el dolor y tristeza que le cause, hizo lo que creyó correcto, tomo la copa de su sangre y me hizo cautivo de su hermosa melodía.

Estoy encerrado desde hace mucho tiempo, pero hoy, después de mil años, a mediados del siglo XX, todo cambio, ese niño de cabellos castaños, tan ingenuo e inocente, me encontró, encontró las notas de tan bella canción, y emocionado, como si de un juego se tratase, llegó a su casa sonriente, alegre de que tan magnífico pasatiempo, el cual era cantar, volviera, y con tan dulce tonada.

Subió corriendo a su cuarto y cerró con seguro, yo ya me encontraba extasiado, emocionado por qué por fin podría salir, entonces comenzó, su dulce y fina voz inició a entonar el cántico maldito, aquel que me liberaría de esta prisión.

Conforme avanzaba sentía como mi poder se liberaba, como las cadenas de mis manos perdían fuerza y yo me personificada frente a tan preciosa creación.

El me vio. Asustado soltó las notas y yo un gruñido en conjunto, las cadenas de mis tobillos queman y no me dejan huir, el tiene que terminar si es que yo quiero ser libre, así que enojado pronuncié:

- ¿No piensas terminar la canción? - Ahora con ironía - Es demasiado linda para que la dejes por la mitad ¿No crees?- Después de unos segundos de silencio el gritó:

- ¿¡Quién eres tu!? ¿¡Que eres!? ¿¡Por que estás encadenado!? ¿¡Que haces aquí!? ¡Responde!

Asustado, temeroso de lo que pudiera hacerle, pobre, si supiera que perdió por el simple hecho de encontrar ese viejo acorde.

- Baja la voz - Respondí posando una de mis negras y afiladas uñas sobre mis labios - ¿Acaso quieres que sea yo quién te calle?, déjame presentarme, mi nombre es Abigor, puedes llamarme YoonGi...por todas estas cosas, quiero creer que me conoces...- Mencioné mirando la habitación y notando las biblias, crucifijos y cruces que se encontraban repartidas por la estancia.

- ¡Se quién eres y todo eso es para que te marches! ¡No puedes hacerme nada! ¡Dios me ve! ¡El está de mi lado!...¡Lárgate! - Solté una risa interna; Que ingenuo...

- Escucha pequeño, llevo mucho tiempo encerrado, y tú acabas de liberarme, o bueno, algo así, así que, si no quieres que acabe contigo, tu familia y toda tu generación, TIENES que acabar esa canción.- Le dije recalcando la palabra que daría una orden.

Ardiente Pecado ( YoonTae)Where stories live. Discover now