...Capítulo 3. Abandono...

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

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Capítulo 3. Abandono.

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La noche apenas comenzaba a caer lentamente, era una de aquellas noches frescas, donde la penumbra lo rodeaba todo con desvergonzada rapidez. La cena se serviría pronto, y después de eso, el recinto poco a poco se iría vaciando, mientras todos los miembros se marchaban, ya fuera a divertirse o simplemente a buscar alimento, algunas ambas cosas.

Artemis estaba a solas en su estudio, pensando seriamente en cuál sería su siguiente paso cuando la puerta se abrió con lentitud.

―Me mandaste a llamar ―la voz suave de Zafiro inundo la pequeña habitación.

Artemis lo miro con atención, era su única opción después de todo, no era que no valorara a Zafiro por ser el más joven de los hermanos, era simplemente que no había pensado en él porque sentía que aún le faltaba demasiada experiencia. Tenía demasiadas cosas que aprender y vivir.

Pero dado el matiz que habían ido adquiriendo las cosas en los últimos idas, por no decir horas, lo mejor era que lo tomara en cuenta. Solo esperaba no equivocarse.

Aunque después de pensarlo un poco, se dio cuenta de que tal vez aquella solución era perfecta. Zafiro era guapo y un poco imponente por su físico, pero no se parecía a nada a sus hermanos, que eran más agresivos e intimidantes.

Zafiro era diferente, más tranquilo y bondadoso, claro que también era consciente de que había un carácter explosivo en él, como en todos los Chiba, pero el joven no lo dejaba ver con facilidad. Había muy pocas cosas que llegaban a exasperarlo.

Y aunque Artemis se preocupaba un poco por su falta de experiencia, esperaba que supiera manejar su temperamento cuando se diera la necesidad.

No estaba seguro de como tomaría las cosas, pero estaba bastante convencido que era una solución perfecta, y si le explicaba lo que estaba ocurriendo, probablemente él mismo se propondría sin más.

―Así es Zafiro, pasa por favor, necesito hablar contigo ―pidió Artemis con una sonrisa en los labios.

Zafiro asintió al tiempo que pasaba y cerraba la puerta a sus espaldas...

Artemis sonrió, convencido de que había encontrado una solución a todos sus problemas, o al menos a los que se referían a Endymion y la tregua con el clan Tsukino.

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Mamoru miro con atención a todos en la mesa, se estaba volviendo una costumbre el cenar todos juntos y aquello comenzaba a gustarle, tener a todos sus hermanos y a las personas que apreciaba a su lado era una agradable manera de comenzar el día.

Pero sobre todo y lo que más feliz lo hacía, era tener a Usagi sentada justo a su lado. Ella se veía radiante como cada día, tan radiantemente hermosa, era la única mujer en la mesa, la única mujer en todo el recinto, pero era de él y eso lo complacía al grado del éxtasis.

Sabía que aún tenían muchos asuntos que ordenar, muchas cosas que aclarar y sobre todo que solucionar, con respecto a los Tsukino, con respecto a los Black. Pero mientras tuviera a Usagi a su lado sabía que tarde o temprano todo tomaría su cauce adecuado.

Esclavos de la pasión: Parte II.- PromesasWhere stories live. Discover now