Lágrimas de porcelana

77 15 1
                                    

Es como cuando te das un golpe fuerte y tu cuerpo se queda en estado de shock, pues nada te duele; sin embargo, más tarde, comienzas a sentir la tormentosa congoja.

Te paralizas sin saber qué hacer o decir y, después, sonríes; sonríes fingiendo que no tiene importancia, cuando en realidad te estás muriendo por dentro. Es un desconsuelo inconmensurable, pero prefieres encubrirlo y simular que no es así; prefieres que todos piensen que estás bien, que nada te ocurre.


Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi, que ya no sé cómo mirarte y, sin embargo, aún conociendo la parte más sensata de mí, no puedo evitar echar un vistazo al asiento en que solías sentarte; no consigo olvidar nuestras pieles conectadas bajo la luz de la luna llena.

No soy capaz de sentirme libre, sino atado a tu cadena.

Ahora dime, pequeña, ¿qué intentas realmente? Adelante, hazlo, venga, ¡desnúdame! Ya no sé cómo avivarlo. 

Vamos, muéstrame tu juego.

Cautívame.

Por I. C. D.


Lo que las estrellas dicenWhere stories live. Discover now