Nathaniel y su viaje por el presente (#PGP2018)

¿Prólogo? Mejor Tiempólogo

"¿Qué puedo decir? Cometer una locura no siempre es algo digno de admirar". Buena frase, ¿no? No es mía. Le pertenece a una buena amiga y excelente escritora, pero soy demasiado genial y me ha permitido usarla en esta ocasión para empezar mi historia. Así es de que, habiendo aclarado eso, empecemos de nuevo:

¿Qué puedo decir? Cometer una locura no siempre es algo digno de admirar, aunque me permitiré tomar el crédito por esta. Estoy orgullosa.

Debo advertir que pudo haber sucedido mejor, mil veces mejor; por desgracia en el momento no me encontraba tan inspirada y fue lo máximo que pude sacar; estoy segura de que aun así Nathaniel lo agradece.

¿Qué quién soy yo? Espero que tu limitada mente pueda entender la definición de lo que soy. Soy lo existente entre el pasado, el presente y el futuro; la barrera de los tiempos, la guardiana de las eras, la vigilante de lo que nadie puede ver, la culpable de los fallos del Dr. Brown que le dieron inicio a sus tan alabadas películas; porque sí, eso pasó de verdad, y yo fui la responsable. Soy la que guía a Flash en sus viajes para alterar la línea del tiempo... ¿continúo? Estoy presente en cada partido y ni siete mil palabras serían suficientes para describirme, así que terminaré el largo –no lo suficiente– párrafo acerca de mi ser mismo, después de decir lo siguiente: soy el Medio Tiempo y sí, el Medio Tiempo es una chica.

¿Qué, necesitas más información sobre lo que soy? No soy el Tiempo –por suerte, ese tipo es un engreído–, pero habito entre él y como tal, tengo la oportunidad de hacer viajar entre mí y el otro sujeto –señor Tiempo– a quien me plazca.

¡Oh! ¡Como aquella vez en la que hice viajar a un dinosaurio Diplodocus a Reino Unido en 1868! El animal aterrizó en medio de un lago en Escocia y unos infortunados visitantes tuvieron la dicha de verlo. Pobre bichillo, me habría disculpado con él por su forzado aterrizaje si no fuera porque falleció antes de que tuviera la oportunidad. De cualquier forma, el pequeño Nessie estará siempre en mi memoria, como muchos otros de mis desafortunados –y difuntos– viajeros.

¡No pienses mal! No soy una desgraciada, te aseguro que en el futuro –un futuro que no vivirás para ver, lo lamento–, casi he dejado que un humano descubra de nuevo la clave para viajar a través de mí. Claro que después del Doc. tengo mis reservas, pero sigue resultando bastante generoso de mi parte. ¡Basta! Necesitas quitarte la mal idea de mí que tienes y para ayudarte... ¿en qué estaba? ¡Oh sí!

Cometer una locura no es algo digno de admirar, a menos que seas yo y cometas una con excelente clase. Por esta ocasión, te permitiré darme el crédito por lo ocurrido.