Epílogo

89 10 1
                                    

—¡Chris! —escuché un grito—. ¡Vamos a llegar tarde! ¡Apúrate!

—¡Bajo en un momento! —también grité. Tomé mi bolso y me miré rápidamente en el espejo.

Mason y Leslie ya estaban listos, solo me esperaban a mí.

—Vamos, Chris, que se hace tarde. No sé tú pero no me gustaría perderme el primer día de escuela de nuestros hijos —dijo Blaine con aquella sonrisa que a mí tanto me encantaba.

Sí, me casé con Blaine y tuvimos dos hermosos hijos: Mason y Leslie.

—Pues entonces hay que apurarnos —dije tomando de la mano a mis hijos para guiarlos hacia el auto.

En el camino, Blaine y yo no paramos de darles consejos del tipo:

—No muerdan a nadie.

—Sean amables.

—Espero que hagan muchos amigos.

Y yo no paraba de pensar en qué momento mi vida se había convertido en esto. ¿En qué momento aquella Chris antisocial termino casada, con hijos y completamente feliz?

Blaine y yo fuimos a dejar a los niños a su salón.

—Pásenlo bien —dije y los abracé.

—Diviértanse —dijo mi esposo y Mason y Leslie corrieron dentro del aula para inmediatamente empezar a jugar con los demás niños.

Blaine miró su reloj.

—Chris, tenemos que ir a almorzar con Jenna, Mark y Thomas. Si no nos apuramos se nos hará tarde.

Al llegar todos nos saludamos con grandes sonrisas. De inmediato comenzaron a fluir las anécdotas de aquellos días en el salón del piano. Los recuerdos no pararon de llenar mi mente.

Al terminar la comida, prometimos volvernos a ver pronto, cosa que esperaba con ansias.

~~~

Blaine decidió enseñarles a los niños a tocar el piano. Leslie se rehusó, pero Mason parecía demasiado entusiasmado de aprender.

Yo había tenido un día demasiado ajetreado, así que subí a mi habitación a tomar una siesta.

Esta vez el sueño se centraba en mí. Estaba tocando el piano frente a una audiencia, como he hecho varias veces. Al terminar, dos personas en la primera fila se pusieron de pie y aplaudieron con gran vehemencia. Eran mi madre y Rob.

Desperté con una sonrisa. Los sueños que incluían a Rob y mamá ya no los consideraba como pesadillas, eran todo lo contrario. Pensaba que se comunicaban conmigo a través de ellos y el creer eso me resultaba reconfortante.

Todo era demasiado perfecto, y yo aún no podía asumir que toda esa perfección y felicidad formaban parte de mi vida. Pero así era.



¿Pensaron que el capítulo anterior era todo? ¡Pues no! Espero les haya gustado el epílogo.

Kamwe💙

Un Piano, Una Vida (Terminada)Where stories live. Discover now