Sin salida.

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  • Dedicado a Jennifer
                                    

Ya habian pasado tres semanas desde que me di cuenta de que estaba sola. No habia encontrado a nadie, todavia no habia perdido la esperanza. Seguia buscando dia si, dia tambien. La calma que se respiraba en mi pueblo, (ahora vacio) no era normal. Era una de esas calmas que te ponen en alerta, una de esas en las que piensas "todo esta demasiado calmado". No estaba tranquila, por las noches apenas dormia. Habia sopesado miles de ideas de por que habia desaparecido la gente. Toda menos yo. Las tenia apuntadas en una lista.

IDEAS POR LAS QUE TODO EL PUÑETERO MUNDO HA DESAPARECIDO.

1º Todos se han convertido en zombie menos yo, ya que duermo siempre con el candado puesto.

2º Me he vuelto loca.

3º Ha habiado una especie de rapto biblico. ( Uno de esos en los que aparece en Los Simpson).

4º Soy una leprosa o algo parecido y para que no pueda contagiar a nadie me han dejado sola. (Se que es un poco pesimista, ¿pero cual no lo es?)

5º He muerto y esto es una especie de limbo hantes de lleagr al cielo o al infierno.

Las que mas posibilidades tenian eran las tres primeras, tambien eran las que mas me aterraban. Desde hace dos semanas no hablaba con nadie que no fuese Rachel, ni siquiera con mi padre. Desde aquel "accidente" la gente dejo de hablarme, muchos creian que yo habia tenido la culpa, incluso yo lo creia. Rachel decia que me autocomparecia, yo creia que no. Decia que era muy facil culparse antes de asumir lo ocurrido, yo lo tenia mas que asumido, pero tenia razon. Me resultaba mas facil culparme que recordar cada minuto para encontrar el verdadero motivo de aquello. Todas las mañanas daba una vuelta por todo el pueblo esperando encontrar a alguien, aun que fuese a mi gata, que tambien habia desaparecido. Lo bueno de todo esto era que la gasolina, la comida, las cervezas, el movil, todo me salia gratis. Incluso armas. Habia cogido dos pistolas y una katana. Las pistolas habia prendido a usarlas en el campo de tiro. La katana, no tanto. Tenia una mochila hecha en la que llevaba:

- Dos vaqueros.

- Dos mallas, una negra y otra gris.

- Tres camiseta de manga corta, una azul, otra verde y  otra amarilla.

- Tres camisetas de manga larga abotonadas por enfrente hasta debajo del pecho, una roja, otra        veis y otra coral.

- Ropa interior.

- Tres jersey de lana, todos negros y uno de ellos con dibujos grises.

- Unas deportivas.

- Unas gafas de sol. (Aun que en realidad las llevaba puestas)

- Cinco bocadillos, dos vegetales, uno de jamno y pimiento verde y dos de filete y queso.

- Dos botellas de agua.

- Dos botellas de Coca Cola.

- Dos botella de cafe.

- Recambio para las pistolas.

- Dos linternas.

- Cinco packs de pilas.

La mochila era un poco grande, pero no pesaba mucho. Aparte todo mi camino lo hacia en coche. Pensaba en salir del pueblo. En ir a otras ciudades, pueblos... Mire mi reloj, eran las once menos veinticinco. No le mas vueltas y decidi irme ya heche gasolina al cohe y llene cuatro bidones por si acaso, aparte cogi cuatro ruedas de recambio y un pack de herramientas. Lo meti todo en el maletero y empece a conducir. Pase por el orfanato, cuando vi una sombra en una ventana. ¡Habia alguien! Rapidamente sali del cohe y cogi mi mochila. Deje las llaves en la guantera y corri hacia el orfanato. Entre y todo oscuro, solo se veia unas sombras negras gracias a los pocos rayos que entraban por la rendija. Saque mi linterna y le puse pilas, comprobe que pistola estuviese cargada y avance. Llegue al principio de unas escaleras, tenian un aspecto siniestro, como si alguien hubiera intentao agarrarse a ellas con las uñas. Me agache y vi algo rojizo en el principio del escalon. Lo cogi era una uña, estaba ensangrentada y con un trozo de carne pegada a la parte de atras. Era como si se la hubiesen arrancado a alguien al tirar de ella. Entonces un gran portazo izo que se me cayese la linterna al suelo. La cogi y enfoque a la puerta. Estaba cerrada, yo no la habia cerrado. Intente abrirla, pero no pude, no habia salida.

¿Hay alguien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora