16.Un día para olvidar o quizás no...

Comenzar desde el principio
                                    

De reojo vio como Jose y Evan tomaban asiento y Evan trataba de animarlo, pero Jose era la viva imagen de la preocupación. Buscó con la mirada a su padre y lo encontró hablando con el padre de Jose, y también se habían unido Caroline y Matthew (los padres de Ann y Matt), mientras Caroline sollozaba en silencio, Matthew trataba de consolar a su esposa abrazándola por detrás pero mirando en todo momento hacia su padre. En los siguientes diez minutos llegaron los padres de Dan junto con su madre, y los padres de Sonia con la pelirroja hecha un manojo de nervios y los ojos rojos.

―Esto es horrible, ¿a qué esperan para darnos información?―preguntó en voz baja a Damián que se encogió de hombros y se mantuvo a su lado.

Irritada decidió tomar a Damián de la mano e irse con Sonia, Jose y Evan. Su madre le sonrió con tristeza antes de continuar hablando con Ricardo, ella intentó devolverle la sonrisa pero sólo pudo hacer una mueca.

―¿Tu madre no trabaja aquí? ¿Por qué no está informándonos? Ella tiene que saber cómo están.―exigió Sonia a Jose

―Ella está operando, ya le han puesto varios buscas pero hasta que no acabe no puede salir.―contestó Jose con voz pausada y cargada de dolor; lo miró con pena, Jose estaba muy enamorado de Nora, seguro que estaba pasando un infierno nada más por no saber qué pasaba con su hermana.

―¿Y no hay otros médicos que puedan decirnos algo?―continuó Sonia mirándolo con angustia.

―Si pero están todos muy ocupados, al parecer antes de embestirlos a ellos se llevaron un kiosko por delante.―contestó Evan sin dejar de mirar a Jose con tristeza.

―Por no mencionar los heridos de bala―agregó Damián provocando que Sonia suspirase con pena, le lanzó una mirada acusadora al pelirrojo pero el chico se encogió de hombros y apretó su mano.

―Estuve con Nora en la biblioteca, iban a ir a comprar unas entradas para un concierto y Matt obligó a Dan a cambiarse al asiento de atrás porque ambos son pésimos orientándose. Dios, tuve que retenerla y obligarla a venir conmigo a casa.―contó Jose con voz quebrada, abrió los ojos sobrecogida y sintió como sus piernas se tambaleaban, afortunadamente para ella Damián se colocó detrás suyo y la ayudó a mantenerse en pie.

―¡Las entradas! Yo iba a ir, yo iba a ir... yo tenía que haber estado en ese coche, iba a cancelar la merienda con Ren pero entonces Nora dijo que no merecía la pena, que ella la compraba por mí... ¡yo tenía que haber estado con ellos! ―exclamó casi histérica, no sabía si debía estar triste o feliz de no haber ido con ellos.

Volvió a sentirse abrumada y de nuevo sintió a Damián tras ella pero esta vez lo notó más tieso de lo normal por lo que alzó la cabeza para encontrarse el rostro del pelirrojo en tensión y mirando hacia el frente con la mirada perdida.

―¿Estás bien?―masculló, él miró hacia ella con sus ojos azules llenos de miedo y asintió silenciosamente.

¿Cómo iba a estar bien? Todos allí estaban agotados de tanta preocupación, se apoyó sobre el pecho de Damián y suspiró. Estaba harta de estar allí sin saber nada, estaba agobiada, cansada, preocupada y furiosa por no saber qué estaba pasando; sintió un fuerte nudo en la garganta pero se obligó a hacerlo retroceder. No iba a llorar, ella no lloraba y no iba a empezar ahora.

―¡Qué sí que ya sé que tengo que hacerme una placa! ¡Pero como no le diga a mi madre que estoy bien, tendréis un paciente nuevo y no tenéis médicos para atender a más gente!―al escuchar la voz de Matt se dio rápidamente la vuelta para encontrarse al rubio atravesando las puertas de emergencia con cara de querer asesinar a alguien pero rápidamente fue interceptado por su madre que lo abrazaba como si acabase de volver la guerra.―Mamá que vas a matarme.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora