Ruedo los ojos mientras resoplo y me suelto de su agarre para cruzarme de brazos.

—¿Qué? En casa nos esperan para comer y tengo hambre

—Necesitamos hablar—alzo una ceja.

—¿Ahora, enserio? Ya pasaron cuatro días desde la boda, James, casi una semana—sonrío sin gracia.—¿Por qué hasta ahorita?—rueda los ojos y suspira, trata de tomarme de la mano pero me alejo.—no me toques

—Alissa, vamos, debemos arreglar esto..

—Debímos, James, ya pasaron días, ya no aceptare una disculpa. Una semana antes me pediste ser tu novia, y luego te encuentro con esa zorra, me sorprende tu rapidez

—¿Sí? ¿Y tú?—frunzo el ceño.—la pásate toda la fiesta con Jason, ¿Crees que no me molestó eso?

—¿Me vas a decir que por eso te besaste con ella?—alzo una ceja.

—Estaba muy enojado, celoso, no pensé muy bien las cosas y ella estaba detrás de mí insistente...

—Por favor James—rio con sarcasmo.—no seas ridículo.

Me doy la vuelta para subir al auto pero de nuevo me toma del brazo, ruedo los ojos y volteo a verlo.

—Perdoname...

—Bien—sonrío y él también, cuando está apunto de abrazarme, lo detengo poniendo una mano en su pecho.—pero ya no estaremos juntos, porque volverá a pasar, yo no quiero eso. Nos vemos en la casa.

Subo al auto, el cual ya estaba encendido y lo pongo en marcha al instante, dejándolo ahí en el estacionamiento sin poder creerlo. Resoplo y enciendo el bluetooth para poner música.

—¿Qué sucedió?

—Nada importante...

James es estúpido si pensaba que sería lo mismo, claro que no, hubiese sido un maldito círculo vicioso. Lo perdono, volvemos, me engaña, terminamos, lo perdono, volvemos, me engaña, terminamos. No tendría final, al menos no uno bueno, y no quiero quedar como una estúpida más de James.
Me adentro a la casa con los chicos detrás quejándose por las bolsas, ruedo los ojos y caminamos hacia la cocina para llenar la alacena y ver que se puede hacer para comer.

—¡Al fin llegan!

—Espero que hayan traído comida ya hecha, porque estoy que muero de hambre

Volteo a verlos de mala gana.

—Ustedes siempre se mueren de hambre, y no entiendo a donde se les va todo

—¡Envidiosa!—exclama Dylan en un tono gracioso y afeminado. Ruedo los ojos.

—Ayuden a guardar las cosas en lo que piensan que quieren comer—asienten y se acercan a la mesa para sacar las cosas de las bolsas.

Segundos después el resto llega con lo demás, Logan pasa junto a mí besando mi cabeza y revolviendo mí cabello, algo extraño de parte de él, porque no tenemos una buena relación que digamos. Somos como Nicki Minaj e Iggy Azalea. Perrie llega a mi lado con una cara larga, frunzo el ceño y le hago una seña para que me diga que le pasa, y ella voltea los ojos en dirección a James, quién tiene una cara de «no me toquen si quieren seguir viviendo».

Mis Hermanos y Yo [MISHYY #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora