—Lau...preciosa—suspiró—no llores tu tampoco, mi cielo

—Esto no es culpa de nadie, Ross, ni tuya ni mía... Sólo de aquel desgraciado... Pronto llegará su día

Besé sus labios.

*

Dos días después

—Acompañame, iré a hablar con Carlos

Quitando mi vista de unos documentos, cruce mis brazos y lo miré mejor. Llevaba cierto rato molestándome con que lo avompañara y no me quedaba de otra que aceptar.

—Está bien, iré.—me rendí, levantando mis brazos

Rodee mis ojos y fui por mi ropa.

Cuando llegamos donde Carlos, este nos saludo y nos recibió con mucho entusiasmo, típico de él. Interiormente agradecí que no me preguntara como seguía, esas preguntas comenzaban a molestarme.

—Solo sabemos que Mark ha vuelto a huir y sería necesario que salgan de New York por unos días.

Ross no le agradaba la idea.

—Es lo mejor, Ross... No sabemos quien podrá ser la siguiente muerte...

Empezó a darme frío y mis nervios aumentaban. Me acerqué a Ross quien apretó mi mano y me abrazó dejando un cálido beso en mi frente. Carlos parecía confundido al ver a su amigo actuar así, pues yo también.

—¿Qué tal Nueva Zelanda?—propuse ya que Rosa parecía mudo y no quería hablar.

—En Nueva Zelanda hay islas, podemos ir allá, Mark no nos encontrará.—me apoyó, Ross.

—Ross, Mark sabe que tienes propiedades en Nueva Zelanda. Estaba pensando en Honolulú.—Carlos habló con tono pensante.

Ross no parecía convencido, Carlos insistió;

—Honolulú significa "lugar de resguardo ", tal vez les sirva de algo.

Aquello pareció convencer a Ross por completo, porque dijo;

—Hecho,—sonrió y apretó mi mano—iremos a Honolulú.

Y me besó fugazmente.

Decir que Honolulú era precioso, era un insulto. Honolulú era magnífico, creo que la isla más bella que he conocido hasta ahora.

Al llegar nos dirigimos a recepción, nos dieron una cálida bienvenida y nos ubicaron en nuestra habitación explicándonos las reglas y todo lo que se llevaría a cabo en nuestra estancia.

Eran exactamente las siete y treinta y ocho de la noche. No valía la pena ir a bañarse a esta hora en la playa. Aún así nos avisaron que habría una cena muy elegante y dijeron que podíamos irnos arreglados. Aproveché y me coloqué un vestido que me compró Ross en el aeropuerto. Se amarraba al cuello y dejaba cierta porción de mis pechos fuera, dándoles volumen. Era ajustado hasta la cadera y caía libremente hasta abajo. Era color amarillo con flores hawainas rojas. Simplemente precioso.

Me recogí el cabello con una flor mediana que traía el vestido, era roja, y lo combiné con unos tacones amarillos. Me veía muy bien.

Ross me esperaba afuera con una camisa blanca algo holgada y unos pantalones beige hawainos. Se veía perfecto, es más me di el atrevimiento de admirar a mi hombre porque en esa noche él era solo mío y de nadie más. Tomó mi mano y así nos fuimos a la cena.

*

La cena estaba fabulosa, había un montón de manjares inimaginables, tantas cosas que me faltaron por probar pero me contení con lo que había obtenido. Bailamos por unos minutos la música hawaina que nunca había bailado y hablamos con muchos turistas, en especial Ross que hablaba casi todos los idiomas.

Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon