si supiera quererme

parte única

viviendo y siendo una gran carga para el mundo.

existir por no morir.

dejándome llevar, esperando que alguien me salve.

esperar era estúpido. ¿quién se me acercaría si siquiera salía de casa?

si yo fuera otra persona, no lo haría. pero, ¿para qué estaría observándome?

quiero decir, no sería yo por lo que no tendría por qué preocuparme. no es como si este otro yo supiese acerca de mi fobia social.

seúl se veía tan hermoso de noche que dejé que mis pensamientos fluyeran.

mi mano ardía debido al café hirviendo que esta mañana fue regado en ella, gracias a mis manos de mantequilla.

la lluvia y los truenos eran cada vez más fuertes, sentía que el techo se derrumbaría.

quizás sería mejor que este caiga y me deje morir en su miseria.

el bilis subió por mi garganta, corrí hasta el baño dirigiéndome exactamente al retrete y escupí la amarga sustancia.

me levanté y miré al enorme espejo.

había comprado uno donde me pudiera ver completa, ya que esta era mi tarea diaria.

era la tercera vez que me miraba al espejo en lo que llevaba de noche.

iba quitando las prendas que llevaba puesta con total tranquilidad.

mirando las oscuras medialunas debajo de mis ojos, los pequeños pechos que siempre quise que crecieran más, las muy notables cicatrices en mis muñecas y muslos, los enormes hematomas se notaban con facilidad por mi pálida piel, y mis piernas con cortaduras debido a las incontables veces que me depilé.

mi rostro lucía triste, como si me dijera que esa no era yo, como si susurrara que ya había muerto.

y tal vez era cierto.

si quisiera vivir, no estaría viviendo en la rejas de mi memoria.

si quisiera vivir, no estaría tomando pastillas y llenando la grande tina.

si quisiera vivir, no estaría entregándome totalmente expuesta al limbo.

si quisiera vivir, no me estaría yendo y pidiéndole disculpas a la luna por haberle fallado.

si tan sólo esos si quisiera vivir no hubieran existido, yo todavía estaría aquí.