My Life Belongs To Them

"KISHOEL"

Me perecía extraño no estar en mi entrenamiento matutino como suelo hacer cada mañana, esta vez los sirvientes me han traído una gran cantidad de papeles que debo firmar y sellar, después serán enviados.

Tal parece que el Príncipe heredero está dejando de lado sus obligaciones y ahora me ha nombrado encargada de todo su papeleo. Pareciera que ha dejado de hacer esto apropósito desde hace un tiempo con la única mentalidad de dejarme más trabajo a mi.

Imbecil.

Aún si me parece molesto prefiero tomarme el tiempo de leer con detenimiento cada palabra escrita en los documentos, solo por verificar que no está intentando que firme algo que no deseo o simplemente para ver qué es lo que sucede en palacio. Debo admitirlo desde hace tiempo que aleje este tipo de cosas de mis prioridades, teniendo a Kishoel y a la Reina como familia no me apetece en lo más mínimo si quiera pertenecer a la familia Real de los vampiros.

El humor de Kishoel ha empeorado desde la audiencia del Rey, parece que ver a su Padre de alguna manera le afectó o tal vez el hecho de que no tuviera alguna prueba para mandarme al calabozo con un nuevo castigo lo ha molestado.

Economía, política, sueldos, personal, reuniones, fiestas, mobiliario, etc...
Papeles interminables, repletos de información que en definitiva preferiría no leer, pero no puedo confiar en mí hermano.

Esto no es mi trabajo.

Dejó de lado los papeles y salgo de la habitación dejando atrás el largo escritorio de madera e ignorando las palabras de los sirvientes que insisten diciendo que: "Las órdenes del Príncipe han sido que termine el trabajo antes de salir"

Como si fuera a escuchar tales órdenes.
Apresuró el paso con la mera intención de alejar las posibilidades de encontrarme con los Sakamaki, para mí suerte ninguno se ha aparecido frente a mí buscando continuar con su jueguito.

En el gran jardín de entrenamiento me encuentro con Jumbo gritándole a unos caballeros mientras pelean con espada. Cuando llegó a su lado inclina su cabeza y me sonríe, después vuelve a lo suyo y sigue propinando gritos a todos aquel que se encuentre peleando.

Me divierto con las caras de los caballeros cuando Jumbo se acerca a ellos, se ponen rígidos y sus rostros intentan mantener la seriedad, mal intento.

Mientras Jumbo instruye a los guardias con espada, comienzo con el entrenamiento cuerpo a cuerpo de los guardias, después de dejarse vencer tan fácilmente durante la audiencia con el Rey, Jumbo y yo hemos sugerido más horas de entrenamiento para fortalecer a estos Vampiros que se hacen llamar guardias de palacio.

Recojo mi cabellera y como siempre hacen una larga fila, algunos se estiran y otros esperan con caras ansiosas a que llegue su turno. Golpes, patadas, rasguños, sonidos de espadas chocando, gritos de frustración y demás.
No puedo evitar sonreír al ver que algunos guardias resultan ser más resistentes de lo que eran antes, soportan los golpes y por fin puedo decir que el entrenamiento está surtiendo un efecto en algunos de ellos.

-Me ha sorprendido no verla en el entrenamiento de esta mañana_ Jumbo se colocó a mi lado.

-Tuve unos asuntos que resolver_ aclare.

Observábamos de pie a todos los guardias y caballeros que se encontraban resistiendo por no moverse. Jumbo aplicó su ya tan conocida técnica de fortalecimiento para la postura de combate.
Todos se encontraban manteniendo una perfecta postura tal como si se encontrasen listos a punto de atacar a alguien. Sin moverse, resistiendo, tal y como había hecho con el odioso pelirrojo.