X- The Sound Of Desire

Beginne am Anfang
                                    

—Hace un tiempo, cuando fui a verte al hotel, no te encontré. No había nada, solo tu bata roja. Pensé que te habías ido para siempre. Me refiero a que te habías escapado, sin cumplir nuestro trato. Por eso es que te estuve buscando...

—Matáste a muchos de los nuestros—Lo interrumpió el pelinegro, serio—. Que romántico.—de la nada sonrió, de una manera que trataba de seducirlo. Ryan ladeó su cabeza, continuando con su historia.

—Fui con Pete, me dijo que seguías en la ciudad. Luego recibí tu dirección. Vine de inmediato.—se encogió de hombros, tratando de no distraerse con la manera en que la enorme camiseta del menor le caía por un hombro. No solía desviarse con cosas tan insignificantes, pero Brendon lo estaba intentando con mucha fuerza. Lo peor es que en verdad le resultaba.
Lo estaba tentando.

—Me cambié porque ya había encontrado lo que buscaba. No te avisé porque aquel chico, Dall... Empezaba a sospechar de ti. Te había estado siguiendo... No convenía que vinieras de inmediato.—se encogió de hombros.

Un pequeño deje de celos recorrió el cuerpo de Ryan al escucharlo llamarlo así. ¿Dallon? Dios, ese imbécil no sabía mantener su nariz fuera de lo que no le importaba. Tendría que revisar su auto, por si había puesto algún tipo de GPS o algo por el estilo.

—Entiendo. Me encargaré de eso.—asintió, más para sí mismo que para Brendon. Ese tipo de habla, el que solía usar para hablar con "Él" se le escapó sin darse cuenta. Brendon sonrió de medio lado al escucharlo responder así.

—Tan obediente...—susurró mientras tomaba la taza entre sus manos.

Brendon dio un sorbo largo de su taza de café, cruzándose de piernas. Había algo en sus ojos que Ryan no podía descifrar. Lo miraba a los ojos con fuerza, perseverante en no desviar la mirada. Sus ojos redondos lo miraban con deseo y lujuria. Sin embargo no lograba entender por qué. Sabía que Brendon estaba loco. Se notaba en todas las cosas sin sentido que hacía, en lo que decía y los riesgos estúpidos que tomaba. Eso explicaba su comportamiento tan extraño y su bipolaridad. Dejó la taza en la mesa con un ademán. Parecía devorarlo con la mirada. La tensión había aumentado considerablemente en muy poco tiempo.

—El problema es, si es que se puede llamar problema...—comenzó, su voz más grabe que antes. Ryan entrecerró los ojos ligeramente—. Viniste hasta acá. Viniste a penas te llamé—sonrió para sí mismo—. ¿Te vas a ir sin ninguna recompensa?

No era necesario ser brillante para entender a lo que se refería. Sus ojos lo decían por si solos, la posición de su cuerpo, ligeramente inclinado hacía Ryan y la manera en la que hablaba. Solía cambiar así de rápido. Ryan mordió su labio. Lo había querido desde el principio. ¿Por qué no hacerlo ahora?

—¿Cuál es mi recompensa?—preguntó de todas formas, arqueando una ceja. Brendon sonrió de lado, acercándose para susurrar a su oído, aunque estuvieran solos.

—Contacto físico...—susurró, mientras lo miraba los ojos. Ryan se estremeció.

La luz era oscura, el rostro de Brendon en frente del suyo se veía rojizo igual que todo en el departamento. Se enderezó en el asiento, echándose para delante. No dejaría ir esta oportunidad.
Besó sus labios con fuerza, lo que Brendon correspondió automáticamente. Mientras dejaba su taza de café en la mesa, Brendon se paró de la silla, tomándolo de la corbata para que imitara su gesto. Había algo aún más especial en esto, algo que lo volvía loco. Eran juegos de poder. Ryan siempre ganaba. Sin embargo, ahora Brendon salía con la suya. Lo besaba con deseo, parándose en puntas y tirando su cabello, todos sus dedos entrelazados en su pelo. Era una sensación tan placentera y embriagadora... El deseo de lo inalcanzable. El placer de hacer lo indebido. ¿A quién le importaban las reglas, de todas formas?

Karma Police //Ryden//Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt