Cap. 53

15.4K 1.3K 127
                                    

- Gracias por traerme a casa.
- No hace falta.- Caminaron hasta la entrada del edificio. Si miraron por unos segundos sin decir nada. Todo lo que paso esta noche ah sido tanto agotador como agobiador.
Durante el trayecto al departamento de la azabache se an limitado a dirigirse la palabra. Aquella confesión no se la esperaba el y mucho menos departe de ella. Pero los secretos en algún momento salen a la luz. No importa por mas que lo ocultes, de todos modos se enteran.
El baja la mirada a los labios de la chica. Ella entiende lo que quiere. ¿Estará bien lo que hace?
Se acerca lentamente a ella, sin perder el rastro hacia su objetivo. No hay vuelta atrás ante lo que siente.
La calidez de sus labios la tranquilizan. Recuesta ambas manos en su pecho, mientras el la rodea la cintura con un brazo y el otro sobre sus cabellos azabaches. 
Sin saber que había un testigo en las sombras de la noche....
Marinette P.O.V 
- Adios. Gracias.- Bese su mejilla y entre al edificio. En pleno ascensor me recosté y caí rendida al suelo, me quite los tacones y sonreí con melancolía. 
Estaba exhausta. Y no por lo que eh corrido con tacones n° 7. ¿Como llegue a esto?
La pedida de mano, el rechazo, la confesión y....aquel beso....Y todo para no lograr mi propósito esta noche. Ponerle fin a nuestra relación.
Pero las cosas no salieron como lo esperaba. 
Subí las escaleras con sigilo y abrí la puerta de la habitación de Emma. Entre sin hacer el menor ruido, me arrodille y le colgué algunos cabellos detrás de la oreja. Bese su frente y salí con una sonrisa.
Rogué para que en un futuro, no tenga que pasar por lo mismo que estoy pasando.
Con los pies pesados camine hasta mi habitación lanzando los tacones al armario y me dirigí al cuarto de baño, para limpiarme los restos de maquillaje que tenía por el rostro. Pareciera que me hubiesen tirado un puñete en los ojos. Aunque así me sentía.
Todo lo sentí como una punzada en mi. Cada palabra que me dijo me hacia sentir la persona mas cruel del mundo. No merece estar conmigo, se merece alguien mejor. 
Que lo ame y lo aprecie de verdad. Yo no....
Me quite por completo el maquillaje dejándome como era antes. Yo. 
Estaba por quitarme el vestido. Pero....No se si fue mi imaginación....Pero.....No era Tikki.... Pero.... Había alguien mas en la habitación.
Voltee y me vi con una silueta familiar sentada en el balcón...
Narradora 
- ¿Cat Noir?
- Hola.
- ¿Pe-pero que haces aqui?
- Tenía que hablar contigo.
- Oye, no crees que puede esperar hasta
- ¿Es verdad lo que dijiste?
¿Que Adrien Agreste, es el padre de Emma?
- ¿Como sabes eso?
- ¿Entonces es verdad?
- Responde tu a mi pregunta, ¿Como sabes eso?- Pregunto un tanto alterada, un silencio se hizo presente entre ellos. Desviaban la mirada de los ojos del otro para mantener un grado de orgullo.
- Sali a dar una vuelta. Cuando te vi llorando.
- ¿Me as seguido?
- Tenía que. Me preocupe por ti, no sabia que te hubiese hecho por lo que te seguí.
No lo hice por fisgón, lo hice por 
- ¿Por hacerte el héroe no?
- Entonces que tú héroe ahora sea Nathaniel.- Soltó.
Ah Marinette se le abrieron los ojos como platos, y sus mejillas parecían arder.
- ¡No me cambies el tema!
Tu me prometiste no ir y confiabas en mi. Me diste tu palabra.
- Estaba preocupado por ti. 
- Pero no te daba derecho a escuchar nuestra conversación.
¿Por que?, ¿Acaso siempre tengo que ser la damisela en apuros?
No. No quiero que me vean así. Y tu; a quien le di toda mi confianza y mi cariño.
No me lo esperaba.....
Vete, no quiero verte.- Dijo empujándolo. El rubio miro con melancolia y se fue.
Marinette se cambio a una ropa mas cómoda y se sentó en el sillón de su habitación con la taza de manzanilla en manos.
- ¿Te encuentras bien Marinette?
- ¿No confiaba en mi?, ¿Acaso sigo siendo débil ante todo?
- El se preocupa por ti. 
No quiere que nadie te lastime. Y no lo hizo con malas intenciones; solo que fue un encuentro casual y quiso ayudarte. Son de esas personas que velan por ti en secreto, solo por buscar tu felicidad y bienestar.
Siempre buscas ser fuerte. Pero.....
Por una vez, deja que alguien se preocupe por ti.
- Hice mal al tratarlo así.
Después de todo; yo también lo amo. Fue.... la única persona que me enseño a volver a amar.
"Hablando de ser mala persona....Lo sigo siendo...".- Pensó. Oculto su rostro en sus rodillas, buscando ocultar sus lágrimas.
En una relación lo primero que se llega a perder es la confianza; si no se conserva, todo ira mal. 
Por otro lado....
El joven Agreste vagaba en sus pensamientos tras la discusión con su novia.
Desde que supo que iban a salir no dejo de darle vueltas al asunto, y un poco si quiso ir a verla y saber cómo estaba. No podía ocultar sus celos.
- Te noto inquieto.
- Sólo quise saber que le ocurría. No era un fisgón.
- ¿Pero no crees que tenías que confiar en ella?
No siempre podrás ser el héroe, pero si estar dispuesto cuando te necesite.- Dijo Plagg.
Una de las tan poco veces que su kwami daba consejos sabios sin referencia a su hambre feroz por el queso.
- Necesito pedirle perdón.- Dijo tomando en sus manos el cuadro con su foto.
Pasa su pulgar en su mejilla y luego en sus labios rosas; tanta es la necesidad de besarla. Odia discutir con ella.
La ama tanto como para enojarse.
Vuelve a dejar el cuadro en el escritorio y desvía la mirada al otro marco; donde se encuentra la foto de ellos junto a Emma en el parque de atracciones- Emma...- Dijo con melancolía mirando a la azabache de ojos verdes.
¿Cómo no se dio cuenta de que era su hija?
Nunca se detuvo a ver el parentesco que tenía. Entonces....aquella prueba estaba mal.
Tenía frente a el a su hija. La primogénita que en un pasado quería Gabriel Agreste.
La tubo lejos 6 largos años. Y nunca supo la verdad. Hasta ahora....
Si Marinette se consideraba la persona mas cruel. ¿Quien era el?
Porque cuando descubra quien es el. ¿Marinette seria capaz de perdonarlo?
En especial Emma; cuando se entere de su atroz decisión. El porque nunca supo de su existencia y nunca estuvo junto a ella.
No es el príncipe que dice ser.  
- Ey, ¿Estas bien?- Pregunto Plagg
Adrien agachó la cabeza con el cuadro en manos y rompió en llanto.
Es muy grande el dolor que siente en esos momentos al reflexionar todo. 
Era muy obvia las cosas. El error del pasado era como una venda sobre sus ojos, que le impedía ver la verdad. La realidad.
El oyó que antes estaba en su corazón ah vuelto, pero es mas grande de cuando se fue Marinette. Porque ahora ocupa la culpa, la perdida y la lamentación de nunca saber de su hija.
Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Ahora sabe lo doloroso es saber lo lejos que tuvo a su hija, que nunca supo de ella.... 

Serás mi secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora