La Guerra Oscura

Fin del Pacto

Con el ascenso de Adolas Filoardiente al poder, la paz de Dim fue destruida, no por los Elfos Oscuros que recientemente habían asesinado a todos, por algo mucho peor. 
Hace mucho tiempo, cuando Adolas era un niño, los No-Muertos bajo el comando de Gorrum atacaron Reliquia Argenta, dejando en ruinas su ciudad, pero a Adolas no le importaba los muertos, las casas destruida o el muro caído, Tarador, su padre, había muerto en aquel asalto. Desde entonces Adolas Filoardiente tuvo odio por los No-Muertos, se encontraba en contra de que fuesen aliados, pero no era su mandato, sino el de Creya Filosangriento. 
Adolas reunió a todo el pueblo y les presentó esta postura, los Humanos estaban de acuerdo, con el abandono de Mai'ath-ali habían perdido la fé en otras razas, y además, también recordaban con rencor lo que los No-Muertos hicieron. 
La campaña de Adolas fue un éxito, por lo que envió a los Reinos Unidos una carta, avisando que ya no iban a formar parte del mismo, además, a Cold Wind llegó una declaración de guerra. 
Koeh'ion y Keth'aera-ali recibieron con gusto la declaración, Reliquia Argenta estaba al mando de pelele con una ciudad destruida y pocos guerreros, ¿qué podrían hacerles?. Así que se dirigieron a la torre central y empezaron a armar a todos los No-Muertos, la guerra era obligatoria, si no luchaban, morirían. 

Mientras tanto, en Zeth'kur, miles de Elfos arqueros, guerreros y magos se preparaban para invadir la ciudad. Perim Halcón se sentía preocupado, eran muchos, pero no estaban sólos, Marius acudió en ayuda para los Orcos, Elfos del Noroeste y Orcos pelearían juntos contra una nueva amenaza, estaban ocupados en salvar el mundo, no como la venganza tonta de Adolas. 
Aza'fir-la se encontraba en el fondo de todo el montón de Elfos, en una montaña, montada y armada con su peculiar arco, tomó un cuerno y lo hizo sonar, entonces, bajo la lluvia de flechas, los guerreros Elfos avanzaron encima de los Orcos. Lo que Aza no esperaba, era la ayuda de Marius, los Elfos del Noroeste contaban con muchos magos bien dotados, pero no con sus dos mejores, Laf'ith-athlar y Mai'ath-ali, aún así, lograron frenar y mantener a raya la inevitable caída de Zeth'kur.