CAPÍTULO 7: CLASE

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Samuel:

Cuando ella se sentó en mi lado yo me puse muy contento pero al mismo tiempo nervioso, no sabia que decirle, yo nunca había hablado con una chica y menos una que me gustara. Así que decidí presentarme.

— Ho hola— dije temblando, seguro que tiene que pensar que soy un estúpido, estoy metiendo la pata —Me llamo Samuel, no se si te acordaras de mí, pero hace una semana yo subí al mismo autobús que tu, solo estábamos los dos.— Pero que estoy diciendo, si no se acuerda pensara que soy un bicho raro y lo más seguro es que no se acuerde, ¿Por que se tendría que acordar de mí? si seguro que ni siquiera se fijo que estaba en el autobús.

— Hola me llamo Ana, bueno eso ya lo sabias lo acabo de decir delante de todos— dijo un poco nerviosa.— Claro que me acuerdo de ti— dice sonriendo.

No puede ser, se acuerda de mí, definitivamente hoy es el mejor día de mi vida. Decido callarme porque el profesor esta dando clase, y aunque no me importa lo que este dando y sé que no voy a poder concentrarme en todo el día, no quiero que me llamen la atención y seguro que ella tampoco quiere, es tan guapa y parece tan inteligente.

— Sacar una libreta y un bolígrafo empezar a apuntar todo lo que diga que no voy a repetirlo. Vais a hacer un trabajo en parejas así que os interesara apuntarlo todo si no queréis suspender, y por cierto, las parejas las voy a hacer yo. —dice el profesor muy serio.

¿Y se me tocara hacer el trabajo con ella?, ojala el profesor nos ponga juntos, así pasaría tiempo con ella. Me haría la persona más feliz. Mientras yo estaba despistado pensando en ella, de repente se le cae el bolígrafo con el que estaba escribiendo, cuando estaba a punto de cogerlo, estábamos a punto de rozar nuestras manos, va el imbécil de Saúl y lo coge.

— Hola Ana, me llamo Saúl— dijo con una sonrisa.

— Hola, encantada de conocerte.

— Por cierto, me encanta tu sonrisa. ¿después quieres sentarte con nosotros a comer?

— Muchas gracias— dijo sonrojándose. — Me encantaría comer con vosotros, porque no conozco a nadie.

— Shhh, los de detrás callaros— dijo el profesor.

Maldita sea, Saúl es un mujeriego, claro que tiene una sonrisa perfecta, pero no tenia porque decírselo. Ana se merece a alguien mejor, estoy segura de que si va a comer con él la va a conquistar. Menos mal que el profesor los ha mandado callar, si no me habría vuelto loco con tantas miraditas y sonrisitas.

Ana:

Voy de camino a la silla, y la verdad es que estoy nerviosa, toda la clase me esta mirando y también esta él, ¿Se acordara de mí?, me apetece saludarle, pero y si no se acuerda quedaría mal. Pero de repente es él el que me saluda.

— Ho hola, me llamo Samuel. No se si te acordaras de mí, pero hace una semana yo subí al mismo autobús que tu, solo estábamos los dos.

Ohh... Parece tan nervioso, es tan mono, ¿Como no me iba a acordar de él? si me miraba de una forma que nadie lo había hecho.

— Hola me llamo Ana, bueno eso ya lo sabias lo acabo de decir delante de todos— no puede ser, yo nunca me he puesto nerviosa para hablar con la gente, pero con él es diferente, no sé lo que me esta pasando. Así que decido tranquilizarme — Claro que me acuerdo de ti— le dije sonriendo.

El profesor de repente dice que tenemos que hacer un trabajo en parejas, me gustaría que me tocara con Samuel, parece muy buena persona y tengo ganas de saber más cosas sobre él. Decido prestarle atención a la clase, ya llevaba unos cuantos días de retraso porque estaba en la lista de espera, cuando de repente se me cayo el lápiz. Cuando iba a recogerlo va un chico y lo recoge por mí. Dice que se llama Saúl, la verdad es que es muy guapo, es rubio con ojos azules y un cuerpo de escándalo, seguro que es el mujeriego de la clase, y estaba en lo correcto, de repente me dice que le gusta mi sonrisa y me invita a comer con ellos, yo noto como me estoy sonrojando, la verdad es que no esta nada mal ese chico, pero conozco a los chicos como él y sé que no acabaría bien la cosa. Yo como no conozco a nadie decido aceptar ir a comer con ellos, pero a mí me gustaría más irme a comer con Samuel.

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