Capitulo 38:Ilumina mi fuego

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—lamentó haber besado a Issac, en ese momento no pensé— me subí la cobija hasta la barbilla y mire a Michael con ojos de piedad
—ya no importa— sonrió con su cara adormilada— pero no quiere decir que puedes ir por ahí besando a cualquiera
—claro que no— me reí por lo bajo— me gusto cuando lo golpeaste
—no seas cruel, no me gusta golpear a la gente tu me haces haces hacer cosas que no me agradan cariño— no preste atención a lo que dijo solo mire como se movían sus labios con cada palabra que emitían, era arte puro.
Mi dedo corazón acaricio su mejilla, mientras el hablaba yo dibujaba con mi dedo cada una de sus facciones.
—pareces una niña pequeña— se rió pero en seguida puso cara seria
—¿no es penoso?
—¿qué cosa Charlie?
—lo que dirán de nosotros cuando sepan que ya no usamos drogas
—me importa una mierda lo que dirán, lo sabes— deje de acariciar su mejilla pero el enredo un mechón de mi cabello en su dedo
—pensaran que somos idiotas por intentarlo dirán que nunca podremos salir de esto
—por supuesto que podemos salir, será difícil pero nos mantendremos limpios
—se que no debería dudarlo, pero es que yo no soy fuerte como tu yo podría dejarme ir
—jamás te dejes ir ¿escuchaste? Solo los idiotas se dejan ir y se que tú no eres ninguna idiota
—no tengo fuerza de voluntad— suspire— mira esto—saque mi mano derecha de las cobijas y puse mi palma frente a ambos
—¿qué se supone que tengo que ver?— preguntó incrédulo
—esta línea, mi línea de la vida— señale con mi otra mano una línea naciente en mi palma— me salió esta mañana, cuando aparece significa qué hay muerte cerca
—Charlotte, ¿como sabes eso? ¿Estás en peligro?— se incorporó bruscamente con el cabello despeinado
—tal vez, no tengo que ser yo, puede ser cualquiera de mi entorno
—yo no creo en esas cosas pero si tú lo dices
—puede ser una señal
—yo no necesito una muerte más
—se que no te gusta hablar de esto pero, ¿alguna vez mataste a alguien?— mi voz tembló al pronunciar las últimas palabras
Volvió a recostar su cabeza en la almohada.
—a lo mejor, pero no fue porque yo quisiera lo sabes
—¿cuantas?— el chico rodo los ojos pero en su expresión había preocupación
—eso quedo en el pasado y no me gusta revivir malos momentos, tenemos que mirar hacia adelante
—¿fueron muchas no?— baje la mirada
—para de interrogarme Charlotte— tense la mandíbula y me di vuelta para no verlo, se que puede parecer infantil pero situaciones extremas requieren medidas extremas.
—amor de mi vida tu me hieres haz roto mi corazón y ahora me dejas— lo escuche bromear a mis espaldas, una sonrisa apareció en mi rostro
Me giré para encontrarlo mirando mi cabellera y luego mis ojos. Me estiré y le di un beso rápido en los labios.
—hasta mañana Mike— me volví a voltear, el pasó su mano por mi cintura y me abrazo contra el.
—ve a dormir y sueña de nuevo pronto tus esperanzas resurgirán y de toda esa melancólica vida, puedes empezar de nuevo— dijo con la voz ronca
(...)
—¿seguro que no quieres que vaya a comprar algo?— pregunte preocupada, parecía que estaba muriendo
—n-no, quiero que te quedes conmigo— pudo apenas pronunciar, el síndrome de abstinencia había empezado
—ten— le ofrecí un cubo de basura el lo tomo delicadamente y se lo llevó al pecho
—no deberías verme así— se sentó en el piso contra la pared y un quejido salió de su boca
—no importa Michael, lo importante es que ya no dependerás más de nada, me gustas de todas maneras
—me duele la maldita cabeza— se pasó las manos por el cabello desesperado
—te traeré algo de comer
—gracias, pero ahora no...eres muy dulce, joder— se sobo las articulaciones de las rodillas
Sonreí y no dije nada más, Empezó a respirar rápido y vomito en el cubo que le había dado antes.
—lamentó que tengas que verme así, prometo que lo compensaré— trató de sonreír pero un segundo después volvió su cara de sufrimiento
—es suficiente con que te estés limpiando
—no es suficiente, será la mejor noche de tu vida
Michael estuvo por dos horas mas tumbado en la cama, a la tercera hora ya se había levantado, tomo un baño muy largo y lo obligue a comer sopa de letras y una manzana.
—no se porque me obligas a comer— dijo de mala gana
—pareces un esqueleto, no te lo había dicho
—no es cierto estoy en mi peso correcto
—¿ah si? ¿cuando fue la última vez que te pesaron?— me recargué en el respaldo de la silla
—quien sabe, tal vez en la primaria
—tomó un sorbo de su vaso.
Su palidez era mortal y sus ojeras eran más notorias por lo que le dije:
—salgamos a dar un paseo— dejo su vaso a un lado
—wow, Charlotte Leontine me invita a dar un paseo— soltó una risa
—debes sentirte especial Michael Clifford
—está bien pero en un rato más...— se encogió en su silla
—es precisó que salgamos ahora, el sol está en su punto máximo
—pero volverá mañana así que— lo tome de la mano y lo saque casi arrastrando del departamento
—vamos Mike, te hace falta sol— le ayude a bajar las escaleras
—mierda, alguien nos verá, esta bien iré— lo solté y reí
—¿que podemos ver en este feo pueblo?— caminamos alrededor del vecindario
—lo que quieras ver— conteste y el bufo
—todo se ve más aburrido— mientras caminábamos llamo mi atención una pareja de chicos de trece o doce años frente a una casa.

Por como se besaban parecía que estaban a puto de hacer el amor, al parecer Michael también los vio
—la juventud cada vez empeora— reprochó Michael—apenas es 1991 y los chicos ya están descontrolados no quiero imaginarme el año 2017 ¡ehh ustedes niños! ¡Vayan a hacer su tarea!— solté una carcajada y nos alejamos de la escena
—este maldito sol es cegador Charlie, debí traer mis gafas
—un poco de rayos solares no te harán daño— un carro de helados estaba estacionado en la otra acera—¡mira, helado!— exclamé el me miró confundido y pasó su mirada alrededor suyo
—¡vamos!— lo mire emocionada— se irá
—si crees que voy a correr estás loca— dijo, por lo que hice una mueca
—por supuesto que no voy a correr por un helado— bufee, aunque por dentro quería correr
Nos formamos detrás de unos cuantos niños que sostenían su pelota entre el brazo y su cintura
—¿porque esos niños piden helados tan grandes?— se quejó de nuevo, tal es porque se siente raro sin droga en su sistema.
Cuando llegó nuestro turno pedí uno doble de fresa con chocolate encima, era mi favorito de pequeña, el señor de cara pecosa y bigote blanco me lo entregó
Michael pidió de menta, le pago al anciano de mala gana y nos fuimos caminado de nuevo retomando nuestro rumbo.
—míranos Charlie, de drogadictos a adictos al helado doble— reí y me aparte de la cara el pelo
—todo irá mejor para nosotros ya verás
Llego a mi cabeza la idea de ambos caminando hacia la universidad, el sosteniendo mis libros y yo diciéndole que nos iría bien ese primer día. Después de la escuela ir a casa y mirar la tv mientras hacemos la tarea y los fines de semana salir a pasear como ahora. Ahora podíamos decidir que hacer los próximo días. Ya no habrían días obscuros.
—ahora que estoy limpio, dime, ¿que se supone que haga?
—quererme.
...
¿Michael limpio? ¿:D? Espero que todo se quede así. Todos happis
Me es triste informarles que faltan 3 capítulos para terminar esta obra. Espero que les haya gustado y haya dejado algo en ustedes queridos lectores. Nos vemos en la próxima
Paz amor y comprensión
Xo.

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