Capitulo 25:Dulceria

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Michael me miró y se acercó.
—Espera me desharé de el —sonrió y se acercó la ventana del auto
—¿De que se trata? —lo oí conversar con el tal Harry, ambos murmuraban y el otro hombre soltó una risa y puso una de sus manos en el hombro de Michael dando palmadas.
—No te preocupes por tu chica puede acompañarnos —el hombre sonrío mirándome de reojo.
Michael me hizo una señal con la mano para que fuera, no me gustaba eso pero aún si fui.
—Tengo que ir con el a un lugar no muy lejos, bueno tenemos ¿qué dices?
—está bien, solo porque no puedo regresar a casa a esta hora —abrí la puerta trasera y me subí Michael la cerró y el se subió adelante.
Ambos hablaban sobre un partido de futbol de liga; no preste atención solo me preguntaba ¿a donde íbamos? ¿en que tenía que ayudar Michael a este hombre? ¿Que favor le había hecho?
Al cabo de unos minutos Harry se estacionó enfrente de una dulcería que tenía por nombre "Bristol Candy's".
—Espera aquí Charlotte tardaremos solo unos minutos —Dijo Michael para después salir del auto.
Vi cómo entraron a la tienda y los perdí de vista.
Como me pidió espere unos cuantos minutos mirando por la ventana cualquier movimiento, me parecieron una eternidad no aguante más y abrí la puerta cruze la calle y me asomé por uno de los vidrios todo parecía normal hasta que escuche un estruendo, se escuchó por segunda vez; sentí mis piernas helándose y flaqueando sin duda era una bala y pasó a un lado de mi cabeza rompiendo el vidrio.
Me arrodillé para esquivar la bala qué pasó a un lado de mi cara.
—Charlotte ¿Que haces aquí? —Michael salió de la tienda y me extendió su mano —¡Vámonos, sube!
Ambos cruzamos la calle corriendo Harry salió detrás de nosotros con un maletín negro y pistola en mano, los tres subimos al coche.
—Espera creo que olvide algo —comentó Michael buscando en sus bolsillos antes de que Harry encendiera el motor
—¡apresúrate! o me iré sin ti —gritó Harry haciendo que se le marcara la mandíbula
Bajó del auto y volvió a entrar a la tienda. Yo miraba la escena confundida y debo admitir que con algo de miedo.
—no te preocupes nena esto no es nada para el —Harry sonrió viéndome desde el espejo retrovisor con sus ojos negros. Mire a la ventana, Michael corría con la respiración agitada hacia nosotros. Algunas personas miraban y salían corriendo pero nadie intento detenerlos, mi corazón se aceleró pensé que la policía llegaría en cualquier momento y nos dispararían.
—vámonos —titubeo
Michael volvió a su lugar y Harry arrancó el auto. Conducía muy rápido y se saltaba las señales de tránsito  ambos estaban desesperados por alejarse.
—¿Quieres te que deje en tu casa o van a otro lugar? —pregunto Harry
—iremos a mi casa, se supone que Charlotte llega a la suya en dos horas —le comentó Michael, no puedo creer que por fin iré a su casa.
—no me digas que la sacaste de la escuela ¡maldito! —sonrió enseñando sus dientes, los dos superiores de enfrente estaban separados—ahora alcanza uno de esos tabacos y un encendedor.
Michael hizo caso y puso uno entre los labios del tipo y lo encendió. Luego el hizo lo mismo con el suyo.
—¿Quieres? —me preguntó Michael.
Asentí, se quitó de los labios el rollo y me lo puso en la boca.
Me miraba mientras daba calada tras calada no era incomodo de hecho me agradaba el gesto
—¿Qué? —dije por fin
—nada, solo que tus labios lucen muy provocativos hoy
—Clifford...estás loco
—vaya ¿como sabes mi apellido?
—investigué
—no deberías meter las narices en donde no debes Charlotte Leontine Wells
—¿como sabes eso?
—¿Que la gente no debe meter las narices donde no debe? todos lo saben nena
—eso no, mi nombre completo —rei
—investigué —imito mi respuesta anterior
—no quiero interrumpir su interesante charla pero ya llegamos —Harry detuvo el auto
Ambos bajamos y nos dispusimos a entrar a la casa.
—¡Mikey! gracias por lo de la tienda hombre te debo una... —bajo la voz— ya sabes dónde encontrarme cuando necesites alguna cosa te daré de algo que me trajo un amigo así qué pasa un día de estos
—claro Harry nos veremos luego —
Harry subió la ventanilla y se fue.

Después de ver la sala de la casa llena de botellas en el suelo sin iluminación sin muebles más que una mesa pequeña y una silla entramos a su habitación está no se veía mejor había una cama individual en medio con una cobija blanca y una sola almohada a un lado un montón de cajas apiladas y encima una lámpara y un libro y a un lado de la puerta una silla.
El closet estaba abierto y todo estaba ordenado en el, su guitarra eléctrica estaba sobre la cama.
—piensas que vivo como un perro ¿no?
—más o menos si —me senté en la silla y el se echó en la cama con los dedos de ambas manos entrelazados
—nací en este nivel espiritual, tal vez en mi anterior vida fui rico y ahora pago todo lo malo que hice
—es loco pensar eso
—no se, ¿y si lo que tú dices es lo anormal y lo que yo digo es lo qué en realidad pasa y la loca eres tú?
—¿y si no?
-¿y si si?
—idiota haces que mi mente se revuelva
Sonrió y tomó su guitarra.
—por cierto —dije y me acomodé en la silla —¿Que fue lo qué pasó en la tienda?
—no importa eso
—si importa ese tal Harry casi me dispara en la cara
—¿Qué? ¿Porque te dispararía?
—bueno fue un accidente yo veía por el vidrio y el iba a dispararle al hombre de la tienda y este se agachó justo cuando el disparó los tres estábamos bien alineados, lo suficiente como para matarme.
—Charlotte te dije que no te bajarás debiste hacerme caso; fue una situación muy peligrosa
—pero ese no es el asunto, el caso es que quiero y merezco saber en qué estás metido —no dijo nada— primero en el bar saliste muy raro del baño y luego todo esto de Harry
—Charlotte si te digo esto no hay vuelta atrás
—¿si me dices tendrás que matarme o que?
—No, pero si es diferente a los demás trabajos
—no le des más vueltas al asunto y dime —me reí del misticismo con el que hablaba
—cobro vidas por remuneración.
Me quedé un segundo pensando en su respuesta. No soy muy buena memorizando conceptos.
Me paré de la silla inmediatamente y me cruze de brazos.
—¿como que cobrar vidas? —me senté a su lado y me miró esperando a que adivinara y no tener que responder luego miró las cuerdas de la guitarra
—hay tipos que pagan a otros tipos por golpear o disparar a sus enemigos o cualquier persona que interfiera en sus negocios o vidas.
~No puede ser, el no, es imposible~
—no me vengas con bromas si no quieres decirme esta bien pero me largo
—Charlotte no bromeó no esta vez.
Sin saber que decir di un paso hacia atrás y salí del cuarto, no quería verlo
...
¿Que les pareció amigos? Jajaj no se como sentirme respecto a lo que acaba de pasar. Llego la hora de votar o comentar o algo, yo que se no me gustan los le lectores fantasmas ahr. Si leyeron haya aquí les debo un tamal. Xo.

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