Idiota.
No había otra manera en la que podía describirte.
Tan despistado, tan inhiriente sin siquiera intentarlo, o quizá sólo lo veo así porque me atraes.
¿Porque haces que piense en ti en cada tiempo libre que tengo?
Cada vez que te veo, haces que todo regrese a mi, que vuelva a revivir los maravillosos recuerdos en que estaba llena de felicidad a tu lado, compartiendo grandes momentos contigo.
Momentos que no volverán, momentos que ahora sólo viven como un recuerdo de tantos en mi mente.
Quizá porque te hayas convertido en un idiota.
O quizá fui yo, lo suficientemente idiota para considerar una pequeña idea de que llegases a verme, de la misma manera en la que yo veo por ti
A lo mejor y la idiota aquí soy yo.
Quien está pendiente de ti, quien no quiere aceptar que miras a las demás como yo te miro a ti, quien busca a alguien cuando yo sólo te busco a ti entre tantos.
Quizá y el término de idiota me lo tengo bien merecido.
¿No crees?
Por tomar esos momentos como una posibilidad de ver un futuro contigo.
Como pude, y como puedo seguir siendo tan idiota para seguir viendo por ti antes que en mi.
De lo idiota que me veo esperando a que inicies una conversación conmigo, de lo idiota que luzco cuando espero que contestes algún mensaje que te he dejado.
De lo idiota que haces que me vea cuando hablo de ti con alguien más.
De cómo mis ilusiones y esperanzas desaparecen cuando veo que hablas con alguien más, de la manera en como la miras, de como la tomas de la mano, de la espléndida sonrisa que se plasma en tu rostro, de la felicidad que irradias.
Es identica.
Identica a la felicidad que sentia cuando todo estaba bien entre nosotros.
