No debió decirlo, pero agradezco que lo haya hecho, aunque solo haya sido por compromiso. Lloré sin resistirme, como si lo conociera de años, y amablemente me rodeó con sus brazos. Un par minutos después (tal vez), él habló.

—Ese chico debe haber hecho algo muy desagradable. Ah, no puedo creer que mis poderosas antenas no hayan detectado un insecto así —refunfuñó. Ahogué un sollozo y me limpié las lágrimas con ambas manos. Me alejé un poco después de unos minutos, solo un poco. Jin era tan cálido... lloraría más si también pensaba en eso—. ¿Quieres que traiga un poco más de agua? Ahh, tienes mucha suerte, ya te habría arrastrado hasta el hospital de no ser porque ya estás tomando un poco de color. Llora un poco más y los ojos se te van a hacer tan pequeños que, si te ven así, van a pensar que también vienes de Asia, eh —Hice un mohín y reí un poco mientras seguía limpiándome el rostro—. ¿Mejor?

—Gracias, Jinnie... —suspiré. Se levantó y fue hacia la pequeña cocina por la jarra de agua.

—Entonces... ¿debería bloquearlo de mis futuros contactos? —cuestionó, alcanzándome un vaso de nuevo lleno—. Daphne, me pareces una muy buena chica, y que él te haya dejado en este estado... Debe ser un real imbécil. ¿Me lo confirmas?

—No es una... mala persona, supongo. Jin, yo... no sé cómo explicarlo. Lo que haya sucedido entre nosotros, no tiene por qué afectar al resto. No quiero seguir viviendo con eso.

—Eso me suena a que en realidad sí hizo algo muy malo, Daphne. Y no, no debería afectar al resto, pero yo no soy el resto, ahora soy tu amigo y quiero que cuentes conmigo para lo que sea. Nena, si quieres que le patee el culo, solo debes decírmelo. Te puede parecer que no soy fuerte, pero no debes juzgar mis manos.

—N-no, no, no. Jin, no debes meterte en problemas por mi culpa —le pedí, mirándolo ya con angustia. Parecía que sus palabras iban en serio—. Te... te prometo que, lo que tuvimos quedó en el pasado. Yo, vine a Irlanda con el fin de comenzar de nuevo, de estar en paz, de librarme de muchas cosas... No quisiera que te metas en problemas o algo por el estilo.

—¿Tuvimos? Entonces, ¿estuviste en una relación con él...? —tartamudeé inútilmente—. Ah, ah, no lo niegues, ya lo soltaste. Y Daphne, ¿empezar de nuevo? ¿librarte de muchas cosas? Cielos, creo que estoy en una película... y soy el amigo de la protagonista. Suerte que no me toca el rol del amigo enamorado que se queda solo. Este chico... él se veía con muchas ganas de hablar contigo, y ahora en absoluto lo quisiera cerca de ti, nena.

Bajé la mirada, algo indecisa. Sonreí, o eso intenté, al recordarlo en uno de aquellos buenos momentos.

—¿Te... animarías a quedarte por hoy? Yo... creo que necesito soltarlo de una vez.

Jin sonrió con dulzura y asintió.

...

—¿Puede alguien, mi querida Daphne, tener tal corazón de piedra? —preguntó poéticamente mi nuevo gran amigo, Kim Seokjin. Le dio un trago a su botella, pensativo.

Suspiré en la incertidumbre, moviendo los pies de un lado a otro en busca de distracción. Me limpié con la mano una lágrima que caía por mi mejilla, pensando en todo lo que acababa de contarle a Jin. Habíamos terminado por pedir algo de licor para un ambiente más relajado (para contar un horrible cuento que tenía de protagonista un payaso iluso: Daphne Hurley). Para ser exacta, habíamos buscado en internet alguna tienda de alcohol, siendo específicos con la bebida: soju. El néctar de los geniales, como había señalado Jin, también conocido como alcohol coreano.

—Pensé que mi ex era un gran hijo de perra, pero el tuyo...

—No, mamá Anne no tiene la culpa así que no la involucres —le advertí, señalándole con un dedo. Él levantó ambas manos en son de paz—. Ella siempre fue muy buena conmigo, Seokjinnie —sonreí recordándola—. Su familia es encantadora. Él también lo era, a su manera. ¿Por qué crees que caí tan rápido?

MYSELF.Where stories live. Discover now