Capítulo 10 - Confía en mí...

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Se había quedado de piedra... su propio padre era el que andaba detrás de todo aquel asunto de la tala del bosque... Se mareó, tuvo que apoyarse en la pared para no caerse camino a su habitación. Brenda se tiró sobre la cama, aún con los ojos desorbitados y fijos en la nada... aquello era demasiado para ella, no podía creérselo... su padre siempre había sido un hombre ambicioso, pero jamás le hubiera creído capaz de destrozar todo un bosque para construír ahí. 

Lo primero que se le vino a la cabeza fue llamar a los demás para contárselo, que supieran que ya había averiguado quién era el responsable... pero enseguida descartó esa idea... le daría demasiada vergüenza tener que decir delante de todos que su propio padre quería talar el bosque. 

<< No pasa nada, yo le convenceré de que no lo haga... no hay necesidad de alarmar a nadie...>> pensó para tranquilizarse.

Y efectivamente, aquello fue más fácil de pensar que de hacer. Los días que siguieron fingió delante de Bruno, Darien y Rosalynn que nada estaba pasando y mientras en casa, perseguía a su padre a todos lados, insistiéndole en que recapacitara:

- Papá, piénsalo de nuevo... hay otros muchos lugares donde poner una urbanización, pero si talas ese bosque miles de animales se quedarán sin hogar, por no hablar de las especies de plantas que están en peligro de extinción...- le decía.

- ¿Desde cuando te has metido a redentora de la naturaleza?- le respondía él, cansado de oírla.- Brenda, deja de insistir, el trato ya está casi cerrado no hay vuelta atrás.-

Cada vez estaba más desesperanzada, no lograba nada con cada intento salvo exasperar a su padre, que cada vez la trataba con más frialdad. James no entendía por qué de pronto a su hija le importaba tanto ese bosque cuando su única preocupación hasta entonces había sido la moda. En realidad nunca se había preocupado en conocer a fondo a su hija... si lo hubiera hecho, sabría que en realidad lo que más le gustaba en el mundo era leer... cosa que en aquella casa sólo sabía Lily, la asistenta. 

Fingir ante sus amigos que todo estaba bien fue todo un calvario para Brenda, se les veía a todos tan entusiasmados... Incluso habían hecho ya algunas averiguaciones, pero todas estaban muy lejos de la realidad.

- Yo creo que es cosa de la gran multinacional italiana esa que se instaló en el rascacielos más alto de la ciudad...- decía Darien.- Oí que estaban interesados en esa zona...-

- Bien, algo es algo... ahora tenemos que asegurarnos... - decía Rosalynn, mientras rellenaba el formulario para abrir un nuevo club. Estaban los cuatro en la cafetería, compartiendo lo que habían averiguado. Brenda apretaba los puños bajo la mesa, le estaba costando un esfuerzo enorme no decirles la verdad... y sabía que no aguantaría mucho más. Su padre no entraba en razón y estaba siendo una tarea imposible para ella sola. 

- Brenda, tienes que firmar aquí...- le dijo Rosalynn, acercándole el bolígrafo y la solicitud, pero la chica seguía con sus ojos fijos en las bandejas, perdida en sus pensamiento y no contestó. -¡BRENDA!- alzó la voz su amiga.

- ¿Qué... qué...?- preguntó sacudiendo la cabeza.

- Céntrate un poco, rubita...  ¡Que estás en las nubes!- le dijo Darien en broma.- Sólo falta tu firma.-

Ella, algo aturdida aún, cogió el bolígrafo y con línea temblorosa firmó la solicitud al lado de las rúbricas de sus amigos.

- Bien, vayamos a entregárselo al director Skinner antes de que se acabe el recreo.- dijo Bruno y los cuatro se levantaron.

Darien, aunque antes había intentado molestarla un poco en broma, se había quedado algo preocupado al ver que ella no protestaba cuando la llamó "rubita"... desde hacía días veía a Brenda ausente y pensativa, no se implicaba para nada en las conversaciones que tuvieran que ver con el bosque a pesar de que ella era quien lo había iniciado todo. 

El mensaje del bosqueWhere stories live. Discover now