Lirio

Porque no es fácil, pequeña flor

Y los años pasan, y creces.
Las pinturas ya no están en el refrigerador.
Las estrellas doradas se apagan y mueren, porque tienen su tiempo, al igual que todo.
Algunos de los niños malos ya no son tan malos, porque crecer hace su efecto, son grises.
Otros niños malos siguen siendo malos, porque se sienten enfadados con el tiempo, porque crecer también hace su efecto en ellos.
Y maduras, eso significa que las cosas quedan en tu mente como un simple sueño o ilusión que olvidamos en nuestros laberintos de recuerdos.
Pero también significa que no es fácil ser una flor al crecer, porque cada vez te vuelves una más hermosa, y no todos comprenden eso.
Ya nadie puede protegerte de las tijeras, debes aprender a hacerlo solo. Deberás ocultarte y saber cómo evitar los daños.
Y de a poco, sabrás que algún día llegará el momento en que te marchitas.
Habrá más como tú, están en todos lados.
Hay momentos en los que parece que se apagan y mueren, pero reviven. Pero no todos lo logran.
Porque nadie dijo que sería fácil hacerlo.
Nunca advirtieron que tu propia belleza y existencia en este jardín puede ser lo que te mate.
Pero aprenderás a [sobre]vivir, porque no estás solo.

•••

Lirio, 14 años.

—Lirio, ¿por qué no intentas dejar de querer dibujar lo que pasa por tu mente y comes? —Grace lo miraba preocupada, siempre estaba preocupada.

—Es cierto, pensar tanto hará que olvides vivir. A veces temo que ya lo hayas olvidado, bien, no es que te quede algo por aprender. Aprendiste todo antes de tiempo —Simon se preocupaba por ver a su amigo así, pero trataba de tomárselo con risa.

Y ahora es cuando Lirio dirige su vista hacia ellos: Grace y Simon, Simon y Grace.
Él pensó en lo hermosas personas que eran, los había conocido en su primer año de secundaria y habían ganado su confianza el primer día.
Ellos eran hermanos, mellizos. Y era la cosa más divertida y curiosa que Lirio había visto alguna vez.
Muchas veces decían lo mismo, o se miraban cómplices como hablando mentalmente.
Tenían la curiosidad de conocer a Lirio e intentar saber qué es lo que pasaba por sus mente.
Siempre iban por encima de todo, no importaba lo que sucediera, todo iba a su manera y conocían mucho, más de lo que ellos creían.
Eran como aves, o cometas.
Pero también tenían sus diferencias, Grace solía tomarse las cosas en serio y tenía un humor sarcástico, le preocupaban las personas y no le gustaba que todo pareciera algo simple. Ni los cumpleaños, especialmente no le gustaban los cumpleaños ni días especiales.
Simón también era así, pero con detalles diferentes.
Amaba los cumpleaños y regalar, le gustaban muchos los regalos. Y no se sentía bien con muchas cosas, pero intentaba estarlo.
Y, a veces, los detalles son lo que hacen que las cosas sean completamente diferentes.

—Hey, adolescente pálido de ojos azules —Simon pasó sus manos frente a los ojos de Lirio, él reaccionó—. Bien, pensé que estabas muerto —bromeó.

—Estoy bien, es sólo... no me siento muy bien —intentaba hacerlo, todos intentamos hacerlo. Siempre todos encontrando algo malo en donde no lo hay, queriendo cambiar a personas que encuentran débiles. Haciéndolas grises. Sacando cada día un pétalo, arrancando una de sus hojas.

—Lirio, ¿sabes que no estás solo? Sé que las personas no siempre son buenas, pero es gracias a todos. Porque no les enseñamos que nadie está mal. Debes dejar de sentirte así, eres la persona más hermosa que he conocido y muchos te lo dicen, pero aun así la minoría puede más —Grace estaba enojada, enojada con las personas y con sus pensamientos tontos, con su alegría al ver mal a todos.

—¿Qué quieres que haga? ¿Que lo ignore? Lo siento, pero no puedo. Aunque trate de hacerlo, aunque muchas veces me ría o no le preste atención. Llego a mi hogar, y duele. Paso noches pensando en eso, en las risas burlonas de los niños y niñas desde que soy pequeño. Y a veces llego a pensar que tienen razón, que debo cambiar. Dejar de ser tan sensible a todo —sus ojos ya se cristalizaban, era muy común. Nadie se sorprendía, pero si lo usaban para molestar.