Pero pasaron los meses. Tuve noticias de todos mis amigos, pero ninguna de Kevin. Por lo menos a través de él. Ningún correo, ninguna llamada. Nada. Yo también era culpable de la situación. Pero era demasiado cobarde como para sentarme frente el ordenador y escribirle un correo, o simplemente pulsar una tecla en mi teléfono y llamarlo, como deseaba desde hacía meses. Le había dejado yo. Me merecía todo ese silencio.

Y estaba Owen. Owen, quien venía a buscarme todos los días a mi apartamento para desayunar de camino a la Universidad. Owen, con quien fui a visitar todos y cada uno de los monumentos que tenía ganas de ver en París. Owen, que me consoló cuando la tristeza me invadía por completo y sólo podía llorar.

Owen fue mi pilar durante esos primeros meses. Y, pasada la tristeza inicial de esos primeros meses, consiguió seguir siendo mi pilar en París. Fue inevitable lo de acabar saliendo juntos. Mi mejor amiga en París, Emma, no dejaba de decirme que le diese una oportunidad. Que Owen se la merecía.

Y no me equivoqué. Owen no había dejado de preocuparse por mí y de cuidarme desde que empezamos a salir hace tres años.

Un sonido estridente interrumpe nuestro momento de calma. Owen me mira y me indica con la mirada que es mi teléfono. Es raro. No suelen llamarme a las once de la noche un martes.

Mi sorpresa es mayúscula cuando veo el nombre que aparece en la pantalla. Owen se percata de mi expresión y contesto rápido para tranquilizarle:

-          Tranquilo, es Charlie.

Contesto el teléfono.

-          ¿Penny? ¿Penny, estás ahí?

-          Tranquila Charlie, soy yo.

-          Menos mal. Te he intentado llamar dos veces porque se cortaba la línea.

-          Pasa a veces, no te preocupes.

-          ¿Te he despertado? Si es así lo siento, dejaremos la llamada para otro día. – me asegura ella con un ligero tono de preocupación en su voz.

Estoy cansada, pero tengo muchas ganas de hablar con ella.

-          No, no, no lo has hecho. Estaba viendo la televisión con Owen.

Entro en la habitación que comparto con Owen y me siento en la cama, que está enfrente del ventanal. Las vistas al Montmaitre son espectaculares desde aquí.

-          ¡Qué alivio! Por un momento pensé que estaríais haciendo bebés o algo así.

Suelto una carcajada enseguida. Charlie es la típica persona con la que no hablas en meses, pero cuando lo haces parece que has hablado con ella el día anterior.

-          Escucha Penny, tengo que contarte algo. – me dice en cuanto paro de reír.

-          Dispara Char. Soy toda oídos. – le aseguro.

-          Me voy a casar. – añade ella tras unos segundos de silencio.

Suelto un grito de excitación.

-          ¡En serio! ¡Dios Charlie, eso es genial! – digo tras oír las carcajadas de Charlie al otro lado de la línea – Espera, ¿cuándo te lo ha pedido Johnny?

-          El viernes pasado. Fue precioso.

-          Te creo Char. Seguro que fue muy romántico. ¿Y para cuándo la boda?

-          De eso quería hablarte. La boda es el 8 de Diciembre, en San Francisco. Y me gustaría que tú estuvieras allí. En calidad de dama de honor, claro.

St. Peter College: GraduadosWhere stories live. Discover now