- Que se le ofrecía jefe. -Dije ignorando la mirada venenosa de las rubias.

- Chicas nos vemos en un rato, luciana les dará una orden gratis de lo que gusten mientras vuelvo. - Sammy les sonrió a las rubias e ignoro a luciana que se quedo un poco enojada y celosa.

Luciana a estado enamorada de sammy desde hace tiempo pero al parecer el solo la ignora o la quiere como a una hermana, si sammy es guapo y lo que quieran las demás pero es un mujeriego, buena persona pero al fin de cuentas mujeriego.

Seguí a sammy cruzando la mitad del bar y llegar a unos pasillos donde solo podía pasar sammy, dos guardias siempre estaban cuidando para que nadie fuera a la zona de su oficina. Cuando pasamos a mi me dejaron pasar y entramos por los pasillos asta llegar a la oficina.

Entramos y el olor a cigarrillo me invadió por completo, a si otro de los defectos de sammy es que no deja su cigarrillo por nada del mundo. La oficina siempre esta completamente ordenada, un escritorio de cristal junto a unas sillas de cuero adornan la habitación, contando el color negro de las paredes y el bonito piso de madera. Nos sentamos, sammy apago su cigarrillo y se estiro en su silla.

- Piensas hablar pequeño prostituto. - Le dije cruzándome de brazos.

- Oyee, que quede claro ellas vienen a mi solitas. - Sammy río y daba vueltas en su silla giratoria como si fuera un niño de cinco años.

- Ja! Que quieres pedirme sammy sabemos los dos que si no es sobre tu preciado es por alguna chiquilla faldas flojas. - Me enderece mirándolo aburrida.

- Bien, tal vez tengas un poco de razón pero hoy si necesito tu ayuda. - Respondió serio quien sabe tal vez y cambiaba.

- Que necesitas?. - Le pregunte tratando de acabar con esta charla por que hoy solo estábamos de meseras yo y luciana ella se volvería loca con tanta gente.

- Tu y luciana necesito que se queden hasta cerrar el bar les daré un aumento. - Sammy sonrio sabia que esto pintaba bien para mi y luciana.

- Aja acepto pero que harás?. - Levante mi ceja no se por que pero este algo se traía entre manos.

- Te diré por que es algo obvio y por que se que no dejaras de preguntar si no respondo. - Sammy jugaba con  pluma de su escritorio. - Las rubias aceptaron ir conmigo todas si sabes a lo que me refiero no?. - Sonrió levantando sus cejas y bajándolas.

Claro y ahí se iban mis esperanzas de que sammy se volviera sacerdote.

Me levante del lugar aburrida siempre seria lo mismo con sammy y luciana sufriría por verlo con otras, sammy nos quiere y nosotras a el pero siempre sera un idiota.

- Espero que ese aumento sea bueno, acabas de dañar mi mente inocente. - Conteste cuando iba saliendo y cerré la puerta.

Camine asta llegar a la barra junto a luciana que estaba lavando unas copas, bueno no se con que lavaba las copas si con el agua de la llave o con sus lágrimas.

Maldito sammy.

Llegue a su lado y sobe su espalda con delicadeza, tome un pañuelo y limpie un poco su maquillaje corrido.

- Debes dejarlo ir ya. - Le susurré a luciana mientras la abrasaba por los hombros.

- De donde, no se de que hablas. - Respondió.

- Solo sacarlo de tu corazón ya luciana, el nos quiere y es una buena persona por todo lo que nos a ayudado pero no se merece lagrimas. - Le dije y me fui a la parte donde estaban las notas pegadas para ver que orden me tocaba llevar.
Pero que tenemos aquí, cuatro vasos junto a una botella de whisky a la sección A. Tome los vasos y les puse hielo, agarre una botella y camine de nuevo hacia las escaleras, tendré unas piernas muy firmes gracias a este trabajo.

Después De Que El Sol Se Oculta. Where stories live. Discover now