Acto 2.1: El Espejo

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El rumano se asomó por el otro lado del espejo, escondiéndose un poco gracias a la oscuridad que había en ese lugar y el de ojos rojos pensaba, si estaba diciéndole algo ese búlgaro que estaba al otro lado del espejo, porque eso no había sucedido en años, aparte de eso también dudaba de si eso era real. Si me dejaba ver se asustaría, pensaba el rumano, pero ya daba igual esa necesidad que tenia de comunicarse con alguien y la curiosidad del chico rubio ganaron y se presentó delante del búlgaro, claramente llevaba esa mascara blanca por si pasaba algo, pero todavía dudaba si su imaginación no le estaba jugando una mala pasada como hico hace bastante tiempo con una persona importante para él.

-Son imaginaciones tuyas Vlad como siempre, esto es imposible que esto esté sucediendo.

El chico de ojos rojos se asustó porque lo dijo en alto y parecía que el búlgaro lo había captado y noto como se acercaba hasta estar ambos uno delante del otro.

El muchacho de ojos verdes y cabello negro se acercó al espejo para poder escuchar mejor la voz del rumano, era fina, pero a la vez hermosa, algo en ella lo emocionó de cierta manera, pero no podía reconocerla, nunca la escucho, asique no debe ser un actor, pensó el chico de ojos verdes ya que no la reconoció.

-¿Quién eres? Espera, no puedes ser el fantasma de la Opera ya que el solo es una leyenda.

-Si, se podría decir que, si soy el Fantasma de la Opera, me llamo Vladimir.

-El fantasma de la Opera, no esto no puede ser, escucha no soy ningún hombre que cree en mitos ni nada de eso... Ojala tuviera la seguridad tuviera esa seguridad en el escenario, creo que tus palabras son amables, pero, mírame soy un fracaso, solo delante de unos pocos actores principiantes y el hombre que más admiro, termine así humillado, no creo poder hacerlo eso es lo que más me duele, rendirme al principio sin haber iniciado, fallar a los hombres y mujeres que dan su vida totalmente al espectáculo.

-Pero, yo creo que lo hiciste de forma notable tienes buena voz y me gustó mucho. Por cierto, de fantasma tengo muy poco.

El rumano se sorprendió... ya que hacía mucho que no había tenido contacto con ninguna persona en años, en ese preciso momento y al haberle escuchado cantar, pensó que sería buena idea decirle lo de su voz, ya que era bastante hermosa, no era suave como la del chico de colmillos ni grave, sino un paso intermedio.

-¿Me escuchaste?, Yo fracase esta noche, el director estaba decepcionado conmigo y dudo aprender el guion para mañana.. Tener buena voz, no me da talento para actuar, si yo renuncio, todos se quedan sin trabajo.... Es demasiada presión para mí.

-Da y me gustó mucho

En ese momento el chico de cabello oscuro se apoyó en el respaldo del espejo resoplando un poco por la afirmación del rumano.

-Además, si eres el Conde... tú debes saber, o acaso eres una alucinación mía al caer en la desesperación... Dime tu secreto o fiel Romeo, porque en la noche más oscura, y todavía percibo ese aroma a sésamo, porque vuelves a mi cuando yo deje de anhelarte, mi nombre es Blazhe y soy un actor, apenas iniciando este mundo, confianza en mí habilidad no tengo mucha, la verdad nadie me enseñó a tenerla.

-Debías de dejar de llamarte fracaso, ya que si te lo sigues llamando de esa forma la obra solo acabara en desastre, lo comprendo por lo que pasas y aunque es difícil solo debes confiar en tus habilidades, créeme yo llegue hasta ese punto después de un millón de fallos.

Necesitaba primero convencer al búlgaro de alguna forma y no sabía cómo la verdad el rumano en estos momentos debía saber que decir a este actor, pero sin ideas, solo dio un pequeño golpe al espejo, eso solo ayuda para que sepa que estoy vivo y es algo idiota de mí parte, pensó Vlad, y así terminaría con esa leyenda sobre su persona, mientras seguía escuchando al chico de profundos ojos verdes, cuando le pregunto sobre el director de la obra.

-Y un consejo solo aprende a tenerla o este mundo puede ser muy duro con los actores.

El búlgaro necesitaba saber eso está claro, para que no le pase nada y le servirá como consejo, se dijo así mismo el rumano, también negó sobre el director de la obra ya que es la primera vez que lo había escuchado.

-Yo, lo peor es que tienes razón, no puedo permitirme arruinar esto... Solo, estoy confundido... ¿Pero de verdad tú no estás muerto? -al notar en ese momento como seguía golpeando el rumano el espejo desecho esa idea totalmente- Pero todos hablaron de Mac... Ya sabes aquella obra prohibida, en la cual tuviste n accidente y el teatro casi se quema por esas llamaradas

Dijo el búlgaro sentándose frente el espejo para contemplar el rostro del rumano de forma borrosa.

-Entonces aquel que se asoma por detrás del espejo, eres tú el caballero, el que interpreto al amado de Dulcinea y fue la perdición de los poderosos gigantes, como tu maestro de la lírica, por favor. Aunque solo sea una vez, me gustaría ensayar con tal ilustre imagen del señor, como usted Conde Vladimir.

El rumano estaba recordando su pasado en ese entonces, ya que se veía reflejado en el búlgaro, cuando todavía era un principiante y no tenía demasiada confianza en si mismo. Además, es alguien curioso no es molestia quedarme con el algo de tiempo a su lado, mientras el ensaya esas líneas suyas, pensaba el rumano, mientras observaba como el búlgaro cogía el libreto de su cama.

-Esto. Esos días no quiero recordarlos ya está muy atrás quien fue, lo siento no quiero que me hables del día que desaparecí.

Escucho en ese momento la última obra que realizo, se notaba que el chico del otro lado del espejo tenía curiosidad por saber lo que paso tiempo atrás, pero el rumano no diría palabra alguna sobre ello, ya que esos momentos de fama se acabaron para él, por ese día del accidente.

-Perdón, no quería molestarte con ello.

-No te preocupes por ello es normal que sientas curiosidad solo olvidemos ese tema.

El chico de ojos verdes suspiro y se hecho el cabello hasta atrás. Enseñando unas gotas de sudor, el pecho y la cabeza de Blazhe ahora estaban hechas un lio por sus preocupaciones.

-Te puedes quedar un poco este día... ¿Puedes verme actuar? Quiero que me ayudes... Que me digas que necesito que.... El maestro me guíe ahora... Y me ayude a mejorar.

El búlgaro abrió la libreta, que previamente había cogido de la mesa y empezó a cantar una balada algo nostálgica, mientras el ambiente tenía un extraño aroma de amor y odio.

Cuando termino de cantar Blazhe miro hacia el techo con el corazón hecho trizas.

-De verdad no puedo hacerlo... Mi corazón pesa más de 1000 libras, acaso el miedo me cegara cuando por fin pueda llegare a lo más grande.

El rumano escucho la balada de forma atenta, mientras observaba esos ojos verdes esmeralda y oía la armoniosa voz de Blazhe en la sala, el de ojos rojos lo repetiría una y mil veces, ese chico tiene talento. Al terminar de escuchar la canción, respiro un minuto, para decir al búlgaro lo que debía hacer y con ello esperar ayudarle y hacer que se disiparan las dudas que el contrario tenia, espero ayudarle, pensaba Vlad y lo iba a hacer ya o hico hace muchos años y esto sería igual de fácil.

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Esta es la primera parte del Capítulo 2 que he decidido dividir porque se me hacía largo.

El Fantasma de la Opera  (BulRum)Where stories live. Discover now